El descenso del 11,7 por ciento del tráfico total confirma la tendencia a la baja del segundo semestre de 2018
Ya se esperaba una caída por la inercia del segundo semestre de 2018, negativo, pero no de tal magnitud: el Puerto de Vigo, que marca la temperatura de la economía local y de su industria, ha comenzado el curso con sus peores datos desde el "crack" 2008, cuando se inició la crisis. En cifras, el tráfico total de enero 2019 ascendió a 293.905 toneladas, lo que supone un descenso de un 11,71% menos que en el mismo mes del año anterior, con todas las grandes estadísticas en negativo. En enero de 2008 el Puerto avisó lo que venía con una caída del tráfico del 6,35 por ciento, incluso menos que ahora. Otras dos magnitudes que señalan cómo van las cosas, la mercancía general y los graneles sólidos (cemento), señalaron en enero de 2008 descensos del 35 y el 3 por ciento, respectivamente. Pero en enero de 2019 son aún mayores en términos porcentuales.
En concreto, la mercancía general, cuya cifra mensual fue de 280.078 toneladas, bajó un 5,19 por ciento. Y aún más intenso fue el descenso en los graneles sólidos: un 42,68% debido fundamentalmente a la disminución de cemento procedente de Portugal (-66,20%), lo que señala que la construcción no marcha. En los graneles líquidos el desplome alcanzó el -58,28% por no haberse producido descarga de combustible y aceites. La principal mercancía en enero han sido los automóviles, que sumaron en positivo (+9,54%), así como los materiales de construcción (26,10%), el granito elaborado (16,5%) y el vino y las bebidas (91,6%). Los automóviles sumaron en las exportaciones con destinos como Bélgica, Alemania, Sudáfrica, Italia y Marruecos donde se ha concentrado el mayor incremento, mientras que en materiales de construcción destacan las importaciones de fibra de vidrio de China y el cuarzo de Turquía. De igual modo, el granito elaborado ha experimentado este mes un incremento en importaciones, el equivalente al 42% de todo lo importado en el año 2018, siendo Angola el principal proveedor de esta mercancía.
Enrique López Veiga, presidente del Puerto, reconoció que se trataba de un resultado muy malo, que vinculó con la ralentización general de la economía -Barcelona baja el 11%- y del comercio aunque espera repuntar en los siguientes meses. El segundo semestre de 2018 ya fue negativo y la tendencia se consolida. En todo caso, advirtió de que el desplome del cemento confirma que la economía"en el último semestre ya no va como fue".
Entre las mercancías que cierran este mes en negativo destaca precisamente el cemento (-42,68%) lastrado por la disminución de tráficos provenientes de Portugal; la pesca congelada por el descenso en importaciones de Seychelles, Namibia y Perú; los metales, por su parte, qué manteniendo un volumen considerable, se han visto afectados por la falta de embarque de chatarra (-96,21%), y el aluminio (-11,61%).
En relación con el tráfico contenerizado, durante el mes de enero, tanto el tráfico lo-lo (grúas) como ro-ro (ruedas) han visto caer su volumen de movimiento en relación con el mismo mes del año anterior. Los contenedores llenos han obtenido un ligero incremento del 0,93% a pesar de que, en conjunto, el mes de enero ha sido negativo.
Ya no caben los barcos en la terminal de Bouzas
La terminal ro-ro de Bouzas comienz a a tener problemas, y no sólo de espacio para almacenar coches, sino sobre todo para que puedan operar los buques adscritos al servicio. López Veiga señaló que los barcos son cada vez mayores y ene l caso de los transbordadores ya hay planes para llevar al desguace las actuales unidades para construir embarcaciones oceánicas de 200 metros. Y el problema es que dos de las rampas interiores de Bouzas ya no se pueden utilizar, aunque de momento pueden operar hasta cuatro grandes navíos de forma simultánea El número de escalas durante enero sufrió un descenso del -12,12% en comparación con el periodo anterior y de un -6,60% en el total de GT.
López Veiga también se refirió a los Prácticos del Puerto, y señaló que habían recibido quejas sobre sus tarifas, en concreto a los cruceros, que serían más altas que en otros puertos. Actúan en monopolio, pero el Puerto asegura que hablará con ellos para ver un arreglo.
