Para la mayoría de los vigueses el reloj de sol que se encuentra en un lateral de la Concatedral probablemente pasa desapercibido, pero no así para los guías turísticos.
Como se puede ver en la foto, se ha convertido en una parada obligada en las giras por el Casco Vello, que durante estas semanas alcanzan su máxima afluencia, al coincidir con el momento álgido del verano, con miles de visitantes en las Rías Baixas. El dato del verano puede resultar histórico.