nnn Down Vigo conmemoró ayer las tres décadas de funcionamiento. Su director, Antonio Fuertes, destacó la importante evolución del centro en este tiempo: “En 30 años pasó de tener 18 usuarios a 190; tenemos desde bebés de meses hasta los que comenzaron con nosotros que ahora tienen 58 años”. La esperanza de vida de las personas con Síndrome de Down aumentó y actualmente, la esperanza de vida es de 60 años, por lo que el centro incorporó programas de envejecimiento activo para sus mayores. Los niños, escolarizados en centros de integración, reciben clases de refuerzo. Doce participan en el proyecto Alida, de formación superior en Magisterio. Para Fuertes, la aceptación social hacia las personas Down ha mejorado, aunque considera que queda mucho en el ámbito de integración laboral: “Hay muchas capacidades distintas y habilidades diferentes entre las personas con síndrome de Down”.n
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