Arela, de apoyo al menor y con dos casas para niños en Vigo, advierte del agravamiento de la situación este año
El aumento de los desahucios en Vigo en lo que va de año pone de manifiesto la grave situación de cientos de personas ante la pérdida de recursos, una consecuencia de la crisis que además está poniendo en riesgo la supervivencia de los núcleos familiares. La Asociación Arela, que trabaja con niños, adolescentes y jóvenes en situación de desprotección familiar o conflicto social en toda Galicia y que en Vigo cuenta con dos casas de familia, alerta del incremento este último año de menores en riesgo de acabar conviviendo alejados de sus padres por la falta de recursos.
“Hemos detectado un importante aumento de servicios dirigidos a familias cuyos problemas se derivan directamente de la situación económica y ahora mismo tenemos un porcentaje muy importante de menores en nuestros centros de día que, aunque de momento, conviven con sus padres, son susceptibles de internamiento a corto plazo si no se encuentra una salida económica”, asegura Mayte Celeiro, coordinadora del área de protección de Arela.
Celeiro explica el incremento notable a lo largo de este año en que “es ahora cuando las familias comienzan a agotar sus prestaciones por desempleo o ayudas sociales”. Aunque en Vigo, Arela no tiene centros de día, el paso previo para el posible internamiento de los menores, la coordinadora del área de protección asegura que “la situación se repite por toda Galicia, no sólo en Valdeorras o Santiago, donde tenemos esos dos centros de día con 17 niños”.
A juicio de la representante de Arela, “la medida que se plantea de separar a un menor de sus padres por la carencia de recursos es muy agresiva y puede resultar traumática , de ahí que estemos trabajando para evitar que esto ocurra”. Su trabajo se centra en este aspecto en “apoyar a estas familias, estudiando cuáles son sus posibilidades de conseguir ayudas sociales, acompañándoles en la búsqueda de trabajo y remitiéndoles a otras entidades con las que colaboramos como Cáritas o Cruz Roja”.
El perfil de los niños que requieren atención de entidades como Arela comienza a cambiar. “No es que no estén desprotegidos, pero esa desprotección no tiene su origen en problemas derivados de la desestructuración familiar, el maltrato... sino de la imposibilidad de pagar un alquiler y gastos de luz, agua o comida”, explica Celeiro.
Esta alerta también ha saltado entre los afectados por las hipotecas. Carlota Pérez, de Stop Desahucios mostraba su indignación por lo que está ocurriendo. “El alquiler social se hace cada vez más necesario, debería haber ayudas directas a las familias en lugar de tomar medidas tan terribles como separar a los padres de los hijos”, dice Pérez.n
