El metal gallego dispara sus ventas un 16%, pero frena el empleo

Trabajadores del sector del metal.
photo_camera Trabajadores del sector del metal.
El sector suple la falta de trabajadores con tecnología y urge “flexibilizar trámites” para traer profesionales de fuera

La industria metalúrgica de Galicia registró en 2023 un crecimiento de un 16% de ventas y de un 2,5% en empleo, cifras que el sector asegura que podrían haber sido mejores “si hubiera más trabajadores" para absorber la elevada carga de trabajo. “El gran reto es la gran falta de profesionales, tanto cualificados como no cualificados, que se está paliando, en parte, con tecnología y fabricación automatizada y robotizada", indica Enrique Mallón, secretario general de la patronal Asime, que urge a la administración que se flexibilicen los trámites para atraer a profesionales del extranjero o a gallegos que quieran retornar “para poder seguir creciendo”. Y es que aún hay margen porque la industria gallega del metal está en estos momentos al 80% de su capacidad productiva ocupada.

 

 

El metal emplea a más de 58.500 personas en la comunidad gallega, buena parte de ellos en Vigo y su área, y no se registraba un incremento similar (de un 2,5%) desde antes desde la prepandemia.  El sector en su conjunto registró una facturación de 16.859 millones de euros, lo que supone un aumento de un 16%, un dato que la patronal califica de “muy bueno”, pero recuerda que “hablar de crecimiento de ventas no quiere decir que repercuta ni mucho menos en el beneficio de las empresas”. 

 

 

Automoción y naval

Por actividades, todas cerraron 2023 en positivo: la automoción facturó más de 12.300 millones de euros, un 17% más que un año antes, y emplea a cerca de 20.000 personas, un 2,5% más. El naval creció un 15% en ventas, rebasando los 1.000 millones, y un 3,5% en plantilla, con más de 8.200 trabajadores, más de 2.000 en la eólica marina. El sector aeronáutico y aeroespacial recuperó los niveles de la prepandemia y creció un 25% en facturación, hasta los 132 millones, y un 5% en empleo, hasta 1.600 puestos de trabajo. Por su parte, construcciones y estructuras metálicas experimentó un incremento de un 5% en ventas, hasta 580 millones, y de un 2% en plantilla, formada por más de 16.600 personas. 

El secretario general de Asime, Enrique Mallón, presentó ayer en Vigo el balance del sector.
El secretario general de Asime, Enrique Mallón, presentó ayer en Vigo el balance del sector.

En 2023 desaparecieron del sector un total de 265 compañías, en muchos casos pymes que se quedaron sin relevo generacional o que no contaban con una estructura mínima suficiente para poder competir en el entorno globalizado. En materia de exportaciones, la industria metalúrgica gallega obtuvo un superávit histórico en su balanza comercial con un alza de un 12% de las exportaciones y una bajada de un 30% de las importaciones. Asime achaca este descenso al cambio hacia el vehículo eléctrico, que hace que se importen menos componentes de automoción relacionados con los coches de combustión.

Las previsiones para 2024 son optimistas y Asime pone deberes: lograr empleo cualificado, reducir la dependencia energética y una mayor innovación y diversificación con el área de Defensa, en el que la industria gallega metalúrgica está entrando y tiene “grandes posibilidades de crecer en los próximos años”, junto con la eólica. “Si nos dejan”, apunta Enrique Mallón ante el atranco de los proyectos en tierra paralizados por la Justicia.  “El impacto será tremendo, pedimos rigurosidad”.

Más de un centenar de empresas, listas para trabajar para el sector de defensa

El nuevo nicho de mercado que tiene identificada la industria metalúrgica es el de la defensa, para el que ya están trabajando una docena de empresas gallegas y hay más de 120 con potencial para entrar en este segmento. “Están llegando consultas para producir a nivel mundial, es un área al que vemos un gran potencial que puede tener un crecimiento muy relevante en los próximos años si hacemos inversiones y somos ágiles a la hora de entrar en el mercado”, explica Enrique Mallón. 

 En estos momentos el sector en Galicia está trabajando en la fabricación de vehículos militares -la empresa Urovesa es la referente- y también en fabricación de depósitos, tanques o instalaciones para incorporar a fragatas y otro tipo de embarcaciones para el ámbito de la defensa marítima. También hay compañías trabajando en materia de comunicaciones y en aeroespacial para algunos Ejércitos. “Se abre un abanico muy grandes de posibilidades”, indica el secretario general de Asime en cuanto a la fabricación de sistemas de combate, distintos elementos para vehículos o municiones. “Hay países de la UE y otros de los que se están recibiendo consultas en Galicia para poder producir para sus Ejércitos. Es una oportunidad para seguir diversificando", argumenta la patronal, que recuerda que este nicho, junto con la eólica y la aeronáutica son los emergentes, pero que ni estos ni los tradicionales -automoción o naval- van a poder seguir creciendo “sin trabajadores”. “Nuestro sector es seguro y con mucho futuro, pero hay que incorporar de manera ágil empleo a profesionales", reitera Mallón, sobre el gran reto al que se enfrenta la industria para seguir siendo un referente mundial.

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