desde rusia

Será otro día para recordar

Juan José García Cota afronta su tercer Mundial con la selección.
photo_camera Juan José García Cota afronta su tercer Mundial con la selección.

Mañana será otro día especial. Otro día para recordar, espero que con alegría pero en todo caso, lo mantendré en la memoria.

Es mi tercer Campeonato del Mundo con la Selección Española y créanme si les digo que sigue siendo tan especial como el primero. Demasiadas emociones, demasiados sentimientos, demasiadas experiencias y demasiadas ilusiones están en juego como para no poner todo de lo que uno es capaz en vivirlas y en sentir que forma parte de todo esto.
El día 28 de mayo empezó la concentración, no muy diferente a los campeonatos anteriores que me tocó vivir, y todas las sensaciones positivas del grupo se dieron cita en cada día, en cada entrenamiento, en cada reunión… Como siempre, nadie habla de ganar el Mundial… Se habla de los contrarios, de jugadores... De fútbol en general... Pero la cautela rige cada comentario sobre cómo será nuestra participación.
He de reconocer que hasta ahora el tiempo pasa lentamente. Mi diaria actividad profesional ahí en casa quizá sea demasiado frenética y me cuesta actualizar mis biorritmos a una programación fija, periódica y disciplinada y comidas a regular horario. Lo agradecerá mi salud, a la que también contribuye el tiempo diario que disfruto en el gimnasio, que me ayuda a aprovechar las horas.
Y en Krasnodar, tanto Iago como yo recordamos el partido jugado allí en la Europa League la pasada temporada, aquel 0-2 que nos hacía seguir adelante en busca de un sueño que finalmente se quedó a medias. Ya ubicados en la Krasnodar Academy, residencia de las categorías base del club con instalaciones y facilidades para entrenar de primer nivel, no dejo de observar y apuntar aspectos que quizá podamos trasladar a la ciudad deportiva del Celta.
Después de todo lo ocurrido ayer, que no tengo que contar dado que estoy seguro todos conocéis, hoy hemos viajado a Sochi y acabamos de entrenar ahora mismo. Es más, estoy escribiendo esto desde el vestuario.
Sólo un comentario sobre esa situación excepcional que hemos vivido con el cambio de seleccionador. Cuando hay trabas o surgen momentos no esperados que rompen lo programado y generan titubeos en qué hacer, sólo quedan dos formas de respuesta: decaer el ánimo y sentirse derrotado antes de la disputa o estrechar espacios entre todos, unir ánimo y esfuerzo, multiplicar fuerzas todos juntos bajo el mismo escudo y tener la seguridad de vencer la adversidad. Os aseguro que conozco bien a estos chicos –los he visto crecer a muchos de ellos desde que eran sub-17 hasta ahora– y son de los que van a responder como corresponde a su valía personal y profesional. El resultado será el que sea, ya que en el terreno de juego lo incontrolable ocurre a menudo, pero la sensación que aquí se vive de luchar todos por el sueño común me hace sentir una vez más orgulloso de pertenecer a esta Selección.
Ahora empezamos de verdad. Partido difícil contra Portugal. No será un partido más, será un partido del Campeonato del Mundo y eso, para todos, tiene un rango especial, es un partido con galones. Volveré a vivir la tensión en el banquillo que deberá convivir con ver el partido no como aficionado sino como médico para valorar mejor cualquier lesión que se pueda producir. Una vez más me emocionaré con el himno mirando la bandera de mi país como siempre me ocurre también cuando en los derbis contra el Dépor suena el Fogar de Breogán y miro la bandera de la franja azul de mi tierra. Pensando en esto vuelvo a sentir esa morriña cuyo significado y sentido sólo los gallegos conocemos, sentimiento de las entrañas que emerge y humedece los ojos cuando, estando lejos, piensas en Galicia y que es tan difícil de explicar.
Afrontamos otro día para recordar y otra historia para contar. Ojalá el relato tenga un final feliz. Sea como fuere, os lo contaré otro día.

*Médico del Celta y de la selección.

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