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Dolor y repulsa en Bilbao

Las concentraciones de repulsa por la muerte de un ertzaina se sucedieron ayer en el País Vasco.
photo_camera Las concentraciones de repulsa por la muerte de un ertzaina se sucedieron ayer en el País Vasco.

Las concentraciones por la muerte de un ertzaina piden expulsar del deporte a los violentos

La muerte el pasado jueves por un ataque al corazón de un ertzaina durante unos graves enfrentamientos entre seguidores del Athletic Club y del Spartak de Moscú ha provocado múltiples muestras de dolor y repulsa, y la exigencia prácticamente unánime de expulsar del deporte a los hinchas violentos.
Ayer fue un día de concentraciones para honrar al agente fallecido, Inocencio Alonso, cuya capilla ardiente se ha instalado en su pueblo, Ermua, pero no ha faltado la polémica entre los sindicatos de la policía vasca y el gobierno autónomo por cómo se planificó el dispositivo del jueves en San Mamés, ante la alerta creada por la llegada de ultras rusos.
Inocencio Alonso llevaba trece horas trabajando en el momento de sufrir el colapso, como muchos de sus compañeros, detalló el secretario general de Esan, Eneko Urkijo, el sindicato al que pertenecía el fallecido.
"Al ir a efectuar una carga contra miembros de la peña del Athletic Herri Norte, se sintió mal y cayó al suelo", donde fue atendido por sus compañeros, entre ellos su hermano, que también trabaja en la unidad móvil de la Ertzaintza.
Los sindicatos negaron que, como defiende el Gobierno Vasco, en el momento de los incidentes hubiera 500 ertzainas en el dispositivo, y ponen el acento en que desde la muerte de Íñigo Cabacas, un seguidor del Athletic que falleció hace seis años por el impacto de una pelota de goma de la Ertzaintza, se ha prohibido a la policía vasca el uso de escopetas lanza pelotas.
"Los radicales quieren el cuerpo a cuerpo y la Ertzaintza no está preparada", subrayó Urkijo, además de recordar que en la última década ha habido peleas en Bilbao con hinchas del Marsella, Zenit, Appoel, Austria o Anderlecht.
Además de pedir dimisiones en el Departamento de Seguridad del Gobierno Vasco y a la fiscalía que actúe de oficio, reclamaron al Athletic que "de una vez por todas" expulse a los miembros de Herri Norte del club. Por su parte, el Gobierno Vasco, con el lehendakari a la cabeza, defendió la "actuación proporcionada y profesional" de la Ertzaintza.
La consejera de Seguridad, Estefanía Beltrán de Heredia, recordó a las centrales sindicales que el horario que el jueves efectuaron los agentes de la Brigada Móvil en Bilbao "fue pactado con los sindicatos hace varios años".
Beltrán de Heredia y el lehendakari visitaron ayer en Ermua, la capilla ardiente del ertzaina fallecido, donde coincidieron con la líder del PSE-EE, Idoia Mendia.
Por la mañana, la consejera reprochó "las intenciones de muchos que se llaman hinchas" que en realidad son "energúmenos" que tenían la intención "de causar daño, enfrentarse", como lo evidenció la incautación por parte de la Ertzaintza de barras extensibles, puños americanos y piedras a un grupo antes del partido. "Eran aficionados de Bilbao o del Athletic", sentenció.
La consejera pidió a los clubes vascos "que aíslen a los violentos y no les dejen que se parapeten detrás del resto de aficionados". Ante estos llamamientos, el presidente del Athletic, Josu Urrutia, afirmó que el club "tomará medidas" si se constata que alguno de sus socios no tuvo "un comportamiento adecuado".
Urrutia acudió a la concentración convocada por el Ayuntamiento de Bilbao en memoria del agente muerto, donde se congregaron centenares de personas. 

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