El equipo vigués ha encajado todos los goles en la última media hora, en la que sólo marcó uno de sus seis tantos
El Celta de Eduardo Berizzo vive en una montaña rusa sin fin en la que alterna minutos de fútbol excelso con bajones que dan vida a su rival cuando éste ya parece agonizar. Que al equipo vigués le cuesta ofrecer su mejor versión en la recta final de cada partido es una evidencia para cualquiera que le haya visto jugar en este incio de temporada y los números así lo corroboran. El Celta suma seis goles a favor y cuatro en contra en las tres primeras jornadas. Únicamente marcó uno de sus seis tantos en la última media hora, tramo en el que sin embargo encajó los cuatro que ha recibido hasta la fecha.
El sábado contra la Real Sociedad quedó claro que al Celta se le están haciendo largos los partidos, aunque Berizzo señaló en sala de prensa que la remontada de la Real Sociedad nada tuvo que ver con una cuestión física. Los números contradicen al técnico argentino, cuya filosofía de juego incluye una presión muy alta a la salida de balón del rival que tiene beneficios evidentes y también ciertos riesgos.
El Celta pone en práctica una apuesta valiente y entretenida. Aboga por un fútbol ofensivo que entretiene a su aficionado y además le ha reportado buenos resultados en este inicio de campeonato, saldado con un empate y dos victorias en tres partidos. Pero no es menos cierto que el balance podría haber sido incluso mejor si el equipo hubiese sido capaz de sostener su físico en la última media hora de cada partido, algo que sí sucedió contra el Getafe pero no ante Córdoba y Real Sociedad.
El equipo de Eduardo Berizzo se ha adelantado en el marcador en los tres partidos que ha disputado hasta la fecha, pero sólo en el primero fue capaz de mantener su ventaja. Contra el Getafe, Nolito marcó el 1-0 a los 19 minutos y Orellana hizo el 2-0 tras la reanudación, en el minuto 55. Precisamente entonces, el Celta se vino abajo y el conjunto madrileño reaccionó recortando distancias en el marcador merced al tanto de Sammir en el 62. El Getafe tuvo incluso opciones de empatar, pero el partido acabó cuando Larrivey firmó el 3-1 definitivo en el 69. El primer gol oficial del argentino con la zamarra celeste es hasta ahora el único que el Celta ha sido capaz de marcar en el último tercio de un partido. La escuadra de Cosmin Contra se entregó tras ese gol y los pupilos del 'Toto' Berizzo no tuvieron problemas para mantener su ventaja en la recta final del encuentro.
En Córdoba, sin embargo, se produjo un nuevo bajón en el segundo tiempo que el Celta no fue capaz de superar. El primer tiempo de los vigueses fue brillante, pero les faltó acierto de cara a la portería rival. No obstante, se adelantaron en el luminoso tras el paso por vestuarios por medio de Orellana, pero no fueron capaces de mantener su ventaja. De nuevo se vinieron abajo y el talento argentino Fede Cartabia, cedido por el Valencia al Córdoba, firmó el 1-1 justo a la hora de partido.
Entonces se achacó el evidente bajón físico de los vigueses al calor que hacía en la localidad andaluza, puesto que el encuentro se disputó bajo temperaturas cercanas a los 40 grados. Sin embargo, el sábado se repitió la misma historia bajo unas condiciones meteorológicas completamente diferentes, por lo que es necesario extraer conclusiones también distintas.
Tras un inicio dubitativo, el Celta volvió a ofrecer minutos de fútbol de primer nivel contra la Real Sociedad, que por momentos fue un muñeco en manos de los futbolistas celestes. Ese dominio aplastante se tradujo en dos goles, el primero obra de Orellana a la media hora de partido y el segundo de Larrivey justo tras la reanudación. Con el 2-0 en el marcador, el equipo de Eduardo Berizzo parecía tener el partido controlado. Nada más lejos de la realidad.
Jagoba Arrasate movió su banquillo y la Real Sociedad aprovechó un nuevo bajón celeste para hacerse con el control del encuentro. Agirretxe recortó distancias en el minuto 69 y, a partir de ahí, el conjunto donostiarra pasó por encima de un rival totalmente superado que sin embargo fue capaz de mantenerse por delante en el marcador hasta el descuento. Fue entonces, en el minuto 91, cuando un centro de Esteban Granero fue rematado a su propia portería por Jonny, subiendo al marcador el 2-2 definitivo.
Así las cosas, el balance del Celta en las tres primeras jornadas es de cinco goles a favor y ninguno en contra en la primera hora de partido y un tanto a favor y cuatro en contra en los treinta últimos minutos. Evidentemente es posible que, tal y como dijo Berizzo, el estado físico del equipo no sirva para justificar lo acaecido. El tiempo lo dirá. Lo que sí es cierto, en cualquier caso, es que no se puede establecer como razón única a lo sucedido contra Córdoba y Real Sociedad. Es más, los cambios realizados por el preparador argentino y el momento elegido han suscitado también algunas críticas.
Hasta el momento, Berizzo ha mostrado poca cintura a la hora de hacer cambios, que han sido muy parecidos en los tres partidos. Álex López ha sido siempre el primer sacrificado, dejando paso a Augusto Fernández en los dos primeros partidos y a Pablo Hernández en el tercero, en el que el internacional argentino causó baja por lesión. El ferrolano dejó el campo en los minutos 67, 63 y 66 de cada partido.
Otro cambio que se ha convertido en clásico es el de Charles por Larrivey, repetido ante Getafe, Córdoba y Real Sociedad aunque en minutos diferentes. En el 89 en la primera jornada, en el 77 en la segunda y en el 82 este sábado, en el que Berizzo tuvo que hacer un cambio obligado por la lesión de Gustavo Cabral.
Lo más llamativo es que ni siquiera cuando el equipo se vino abajo en las dos últimas jornadas el preparador argentino se apresuró a la hora de mover el banquillo. Simplemente apostó por lo que se está convirtiendo en norma habitual. Está por ver si, tras lo sucedido contra la Real Sociedad, habrá cambios en el Vicente Calderón.n
