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"El exceso de confianza pudo iniciar la mala racha"

Íñigo López llegó al Celta hace un año y conoce de primera mano el vestuario celeste.
photo_camera Íñigo López llegó al Celta hace un año y conoce de primera mano el vestuario celeste.

Íñigo López, hoy en el Córdoba, cree que su ex equipo "debe ponerse el mono de trabajo"

Hace poco más de un año, Íñigo López llegaba al Celta de Luis Enrique Martínez cedido por el Paok de Salónica para reforzar su defensa y ayudar en la tarea de la permanencia. Y desde su llegada, el equipo fue hacia arriba hasta cerrar la campaña con tranquilidad.
Ahora, el central ejerce en el Córdoba, rival céltico mañana en Balaídos, y aunque no podrá jugar por lesión, sí conoce cómo funciona el vestuario celeste y sabe de la delicada situación en la que vive. Desde su punto de vista, el mal devenir del equipo celeste pudo deberse a un exceso de confianza. "Ya no estoy dentro pero… Si llevas una buena racha, el equipo está haciendo un fútbol espectacular... Igual un poco el exceso de confianza al haber ganado al Barcelona y pensar que estás por encima de los demás pudo ser el inicio del cambio de racha. Cuando las cosas van con el viento a favor sale todo y cuando está en contra es muy complicado para darle la vuelta", analiza. Y enseguida encuentra el camino de retorno al añadir que "el Celta se tiene que poner el mono de trabajo, pensar que su objetivo es la salvación, no mirar atrás y pensar en los buenos momentos. Y poco a poco, como el año pasado, sacar adelante la temporada".
Porque el bajón del Celta hace que el duelo de mañana sea entre dos equipos de la misma pelea. "Quién lo iba a decir en la primera vuelta que el Celta iba a ser rival directo nuestro. Así es el fútbol y a día de hoy estamos cerca de ellos. Acaba de empezar la segunda vuelta y ya todos los partidos son medio finales para todos", señala.
La pena para Íñigo López  es que "sigo lesionado" y no podrá estar mañana en Vigo: "Una pena porque tengo ahí amigos y el trato que recibí esos cuatro meses fue muy bueno y creo que la gente estaba contenta con mi trabajo. Me hubiera gustado ver de nuevo a la gente y animar un poco a los ex compañeros, que sé que no están pasando un buen momento".
El pasado verano, incluso se barajó la posibilidad de que el ahora central del Córdoba continuase en Vigo, pero al final las preferencias del club fueron otras. "En la despedida se habló con la directiva de que estarían pendientes de lo que pasase en Grecia, porque yo tenía contrato. Después rescindí y se habló con ellos pero ahora tienen una filosofía de apostar por gente joven y de la cantera y no entraba en sus prioridades. No pasa nada. Yo estoy muy agradecido siempre a la oportunidad que me dieron y ellos me hicieron saber que estaban agradecidos por haberles echado una mano el año pasado", apunta.
De su actual equipo, resalta que llega a Vigo en una dinámica contraria a la celeste. "Llevamos, sobre todo desde el nuevo año, una buena racha. Las sensaciones ya mejoraron antes de entrar el año y eso hace que empieces a tener confianza. Además, la gente nueva que ha venido está aportando. Estamos bien, pero tenemos el ejemplo del Celta para saber que no puedes confiarte. En su mejor momento, cuando ganó al Barça, ya se vio que en el fútbol todo es posible y lleva diez jornadas sin ganar. Es un espejo en el que mirarnos y no confiarnos", analiza.
En lo personal, las dos lesiones encadenadas que ahora le aquejan le han apartado de la titularidad en un equipo que va a más. "Estaba contando con minutos, dando un buen nivel. Se pasó mal al principio de temporada, el equipo tenía mucha gente nueva, le costaba arrancar. Parece que la novatada se ha pagado y ahora estamos dando guerra fuera del descenso. Pero tenemos que saber que vamos a sufrir, que va a costar".n

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