La butaca crítica

Crítica de 'El clan de hierro': no es una película sobre luchadores

Los cuatro hermanos Von Enrich de la película 'El clan de hierro'.
photo_camera Los cuatro hermanos Von Enrich de la película 'El clan de hierro'.
Sean Durkin nos zambulle en la historia real y devastadora de un clan familiar rural americano, explotado por un padre frustrado por su carrera deportiva y que la pagó con sus cuatro hijos

¿A quién le interesa el circo de la lucha libre? Ni siquiera a tipos como Dwayne Johnson o John Cena, que en cuanto vieron la ocasión escaparon de ese horrendo espectáculo para pasarse al negocio del cine. Por suerte, ‘El clan de hierro’ no es una película sobre luchadores, por encima de todo es la historia trágica y real de la familia Von Erich.

El mérito de que así sea es de Sean Durkin, un director desconocido, que nos zambulle en la biografía devastadora de un clan familiar del rural americano, liderado y explotado por el típico padre frustrado cuya carrera deportiva no cumplió sus expectativas y que pagó haciéndole la vida imposible a la siguiente generación. Cuatro hermanos que soportan de forma estoica los abusos de su padre y sus consecuencias.

A destacar la interpretación de un musculado, hipertrofiado y chutado Zac Efron. El más humano y sensible del clan de los Von Enrich y por ello el más denostado por su progenitor. Del adolescente de ‘High School Musical’ ya no queda nada. El chico fornido de Disney demuestra que está para cotas mayores y para dramas de más calibre y no solo comedias chorras americanas al estilo ‘Baywatch’ o ‘Malditos vecinos’, por no hablar de la sandez de ‘Dirty Grandpa’, en la que poco favor se hizo Robert De Niro interpretando a un viejo verde.

Otro de los hermanos es uno de los hombres de moda, Jeremy Allen White, el chico de Rosalía y el chef de ‘The Bear’. Tiene talismán. Probablemente, la relación entre los jóvenes Von Enrich, y la complicidad entre los actores, sea lo único tierno de toda la película.

‘El clan de hierro’ está brillantemente bien pensada y dirigida. Una película dura, en el ejercicio físico y en lo psicológico, que trata la reprensión de las emociones y acaba siendo conmovedora. Durkin tiene la culpa y Efron desde el minuto uno y con ese final pasado por agua.

Puntuación: 4,5/5

Te puede interesar