Los equipos de fútbol, igual que la mayoría de cosas de la vida, se construyen poco a poco. Paso a paso. O, en el caso de Claudio Giráldez, pase a pase. El técnico porriñés solo necesitó de cuatro entrenamientos para que su Celta completase en el Sánchez Pizjuán el partido con más pases y con más acierto de toda la temporada. Una impronta de estilo para regresar a una identidad más reconocible.
Contra el Sevilla, los futbolistas célticos hicieron 649 entregas, 585 de ellas precisas para un total de un 90% de acierto. Inalcanzable en la era Benítez. De hecho, en las 28 jornadas que el ya exentrenador estuvo al frente del equipo, el Celta promedió 388 pases por partido y un 73% de efectividad en cada encuentro. Unas cifras que se quedan lejos de lo expuesto ayer por la escuadra de Claudio, que desde el primer día anunció que iba a ser valiente y fiel a sí mismo. Cumplió con lo prometido.
Hasta la cita en el feudo sevillista, no se habían superado los 600 pases en ningún partido. No solo eso. El Celta de Benítez solo rebasó la barrera de los 500 envíos en cuatro encuentros, todos ellos en casa: contra el Mallorca (517), ante el Cádiz (563), frente al Getafe (593) y con el Almería (591), en la última comparecencia del técnico madrileño en Balaídos. Es preciso apuntar, además, que en estos últimos tres encuentros, el cuadro vigués jugó en superioridad durante muchos minutos: contra los amarillos desde el 33, frente a los azulones desde el 30 y ante el colista desde el 65, situación agravada por la lesión de Baptistao con los cambios agotados.
Precisamente, los envites ante Getafe y Almería son los únicos en los que los pases totales del equipo de Benítez (593 y 591) superaron a los acertados ayer por el de Claudio (585). Demoledor.
En el único aspecto relacionado con la pelota en el que el Celta de Sevilla no superó al del resto del curso fue en la posesión -ayer firmó un 65%-. Eso sí, en los tres choques que tuvo más fue con superioridad numérica durante mucho tiempo: las mentadas citas ante Cádiz (67%), Getafe (74%) y Almería (66%) en Balaídos. Estos datos indican que el choque del Pizjuán fue el de mayor tenencia de pelota como visitante y en todo el total del curso contra un rival en igualdad numérica.
Por supuesto, el Celta superó en todos estos apartados al Sevilla, que se quedó en 355 pases, 286 de ellos precisos, para un total de 81% de acierto. En el apartado individual, Óscar Mingueza se fue a la friolera de 101 envíos -récord para un céltico esta campaña- desde su nuevo puesto de central derecho y 89 llegaron a su destino (88%). La superioridad céltica se ejemplifica en que los cinco futbolistas con más pases del encuentro vestían de rojo. Tras el catalán, Fran Beltrán (87), Unai Núñez (69), Hugo Sotelo (68) y Iago Aspas (57). Un quinteto que repite en el top-5 de entregas precisas.
No son más que números, pero tampoco menos. Porque, independientemente del resultado de ayer o el de los nueve partidos que restan, Claudio Giráldez dejó claro que va a construir su Celta pase a pase.
