Opinión

Paula Prado y la foto

Domingo 12 de febrero. Me voy hasta la Alameda de Santiago para participar en la manifestación en defensa de la sanidad pública. No me ha convocado ningún partido, ni siquiera el PSdeG-PSOE al que estoy ideológicamente vinculado desde mis bisabuelos. Cuando llego, el centro de la ciudad es un hervidero de gente procedente de todos los rincones de Galicia. Se presume un gran éxito de participación y se palpan la euforia reivindicativa y el descontento por la situación sanitaria gallega. En especial por la precariedad de la atención primaria y pediátrica. Algunos sanitarios ponen el acento en la falta de contrataciones, en los bajos salarios de los profesionales y en la ola de jubilaciones que empeorará las condiciones en los próximos años. A las dos de la tarde la Plaza del Obradoiro estaba llena, como no se veía desde la marea negra del Prestige, y aún quedaba por llegar una gruesa cola de más de un kilómetro. A esa misma hora, el presidente gallego, Alfonso Rueda, algunos de sus conselleiros y altos cargos del PP se disponían a comer un suculento cocido en las fiestas de Lalín.
Lunes 13 de febrero. Paula Prado del Río, secretaria general del Partido Popular de Galicia, publica en las redes una foto donde aparecemos, entre otras caras conocidas, Xosé Sánchez Bugallo, alcalde de Santiago, y un servidor. Nos señala con flechas amarillas y, tras significar que la Sanidad Pública Gallega nos salvó la vida a los dos, considera una indecencia nuestra presencia tras la pancarta socialista. Es evidente que el subconsciente ha traicionado a Paula Prado al descubrir con este gesto el sentido patrimonialista de lo público por parte de su partido. Ha convertido el derecho ciudadano a una sanidad pública y gratuita en una dádiva de quien gobierna. Si yo estaba allí era para exigir el fin de esa actitud, de la privatización y de los recortes millonarios que el PP viene haciendo, desde hace más de dos décadas, en los servicios sanitarios públicos.
Paula Prado debiera saber que los orígenes de la mutilación y privatización de la sanidad arrancó de la mano de Romay Becaría en sus etapas de conselleiro con Fraga y de ministro de sanidad con Aznar. Debiera saber que la falta de profesionales en las consultas se produce como consecuencia del frenazo en las convocatorias de MIR de nuestro amigo Mariano Rajoy. Durante los gobiernos de Zapatero se convocaron más plazas que alumnos salían de las Universidades. En el curso 20-21 Sánchez ha vuelto a la política social convocando 7.989 plazas para 6.718 egresados. En el 22-23 la convocatoria ha crecido hasta 8.550 plazas. ¿Cómo actúa la Xunta al respecto además de protestar y confundir a la ciudadanía? Paula Prado debiera saber que durante los mandatos de Rajoy emigraron a Inglaterra 7.200 enfermeras, súmeles las que marcharon a Portugal, Francia y Alemania mientras aquí, después de formarlas, carecemos de ellas por falta de convocatorias y precariedad salarial. Y me gustaría que Paula me dijera qué ha pasado con los casi 20.000 médicos contratado en Madrid y Andalucía durante la pandemia y luego cesados de un plumazo.
Por estas y otras razones me manifesté el domingo. Y, querida Paula, porque estáis destruyendo un bien que a lo peor vuestros hijos y nietos, ajenos al poder y la fortuna que nosotros gozamos, no podrán ser curados como yo sin temor a la ruina.

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