Opinión

La vacunita

Corre el rumor, probablemente infundado, de que AstraZeneca ha ofrecido un pastizal a Georgie Dann para componer la que querrían que fuese la canción de este verano, “La vacunita”, con la idea de que la opinión pública pierda la desconfianza o la aversión que despierta su fórmula magistral contra el Covid-19. Hasta once países por el momento han suspendido la vacunación de la farmacéutica después de registrar graves casos de trombos en personas a las que ya se les había inoculado la vacuna. Andalucía y Asturias han retenido algunas dosis de un lote sospechoso por máxima prudencia, a pesar de que la ministra de Sanidad, Carolina Darias, ha asegurado que "el lote investigado ya ha sido suministrado y administrado en España". A lo hecho pecho. Somos The Fast and The Furious.
En concreto, en nuestro país llevamos ya 228.000 pinchazos del lote en cuestión ABV5300 y según la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios, no se ha identificado hasta ahora ninguna reacción adversa “desconocida” con la vacuna AstraZeneca. Nos quedamos más tranquilos al saber que cualquier contratiempo podría ser grave, pero conocido. En Galicia que nadie se preocupe, que las autoridades sanitarias afirman con el máximo rigor que “creen que las que se están poniendo no son de ese lote”. La intención del Gobierno gallego es utilizar todas las vacunas disponibles, que malo será. E morra o conto.
Pero o que ten cu, ten medo y aunque asumimos casi con resignación los efectos secundarios típicos como la fiebre, el malestar general, vómitos, dolor articular, náuseas y hasta ronchas, lo de los efectos trombóticos nos hace mirar –especialmente los gallegos- con desconfianza, mayor cuanto más rotundas son las afirmaciones de seguridad de nuestros políticos, que tantas alegrías nos dan últimamente. Pero no hay remedio, la Xunta llama a filas a la población entre 50 y 55 años, tiene los viales y la convicción de que pronto liderará desde la certeza cualquier estadística relacionada con el coronavirus en España. “Citius, Altius, Fortius”, más rápido, más alto, más fuerte, que es año olímpico.
Y mientras nosotros ya estaremos vacunados para lo bueno o para lo malo, Georgie Dann seguirá a marchas forzadas para entregar su canción, tan pegadiza como siempre: “esta mañanita, con todos los amigos y una cervecita, nos vamos contentitos a poner la vacunita; la Pfizer, Moderna o la rusita, que me la pongan bien fresquita… La vacunita, la vacunita cómo me gusta”. Paracetamol y suerte.

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