Opinión

Los mundos de Jupy

Partamos de la base que tanto el optimismo o el pesimismo son meras creencias que no se corresponden con hechos, sino con las actitudes que mostramos ante esos mismos hechos. La actitud de un ministro en materia de comunicación pública, ha de ser manifiestamente optimista. En sus declaraciones institucionales, no es frecuente escuchar por parte de los responsables ministeriales posturas pesimistas sobre el trabajo que tienen encomendado. Con la honrosa excepción de “Terminator” Garzón, que va a lo suyo y juega en otra liga diferente. Pero en la otra esquina …, directamente venida desde costa ferrolana …, calada desde niña del mundo sindical …, campeona nacional de la sonrisa impostada …, aspirante a todo …, ¡¡Yolanda “Bulo” Díaz!! (podrían aplaudir en este momento), va justamente por el camino contrario. Bate récords de optimismo.
"Europa mira a nuestro país. La Comisión Europea y los países de nuestro entorno miran a nuestro país por estas legislaciones vanguardistas", ha dicho. «Nunca más escucharemos a un gobierno decirle a los ciudadanos que toca ajustarse el cinturón»; K.O.

Está claro que a esta persona le embarga un exceso de pensamiento positivo al propagar esta fantasía sobre el estado y perspectivas del mercado laboral español. Acaso se encuentre construyendo un falso decorado con el que engañar e ilusionar artificialmente a la ciudadanía que se desmorone en las primeras de cambio. Detrás de ese trampantojo se encuentra la cruda realidad. Una realidad que no puede ser ejemplo de nada y menos para dar ejemplo a nadie.

España duplica las cifras medias europeas de desempleo alcanzando la peor tasa, el 14,1% a fecha de noviembre de 2021. A pesar de que el Gobierno y su ministra del ramo presumen en cuanto tienen ocasión de que las cifras evolucionan de forma favorable, lo cierto es que en tres años y medio la tasa de paro tan solo se ha reducido apenas en el 1%. Panorama muy poco alentador del que precisamente no podemos presumir en la Eurozona, en donde conocen perfectamente que los últimos datos positivos de afiliación se corresponden básicamente con la contratación en el sector público, forma engañosa de trasladar cualquier señal positiva de reactivación de la economía productiva de la que es motor el sector privado.

Se equivoca la ministra al vender un mensaje totalmente ajeno a la realidad. Aunque ha manifestado un sugestivo “este ministerio hace cosas chulísimas”, se equivoca también en sus análisis, no tiene ni idea de cómo funcionan los resortes de creación de empleo privado ni los consejos de administración. Para ella son meros especuladores que maltratan a sus empleados. Que esta apreciación ideológica la tenga cualquier ciudadano, pase. Pero que la tenga la titular de la cartera de Trabajo de un país europeo es clara evidencia de su propósito: legislar en contra de los empresarios y las empresas y, por tanto, de la creación y mantenimiento del empleo.

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