Opinión

¿Gobierno de concentración?

La prioridad es salvar vidas. La primera responsabilidad del Gobierno es que el sistema sanitario que tanto esfuerzo nos cuesta mantener a todos, no colapse; que los equipos médico-sanitarios “kamikazes” (portada del New York Times, 30 de marzo) no se enfrenten al Covid-19 sin la debida protección y que los más mayores les miren y les digan “Estaba seguro que vendrías” (gracias Julio, querido compañero de opinión, por la acertada referencia).

Esa es la prioridad, lo urgente. Pero también hemos de exigir a un Gobierno previsión, anticipación e iniciativa para afrontar problemas que hoy podemos no sufrir, pero con una predecibilidad tan rotunda como manifiesta. “Si sales a navegar, que no te canse el preparar”, decía el marino. Me da la sensación, viendo lo pésimamente construidos que están los discursos de los ministros, lo acelerado de casi todo lo que se plantea, la provisionalidad del argumentario oficial, las continuas contradicciones e insoportables enmiendas, que nadie es capaz ni de imaginarse la que se nos viene encima después de enterrar, quizá, a más de 50.000 conciudadanos.

¿Y si el paro se dispara en España hasta afectar a más de cuatro millones de trabajadores?¿Y si la caída del PIB rebasa el 5%?¿Y si la déficit presupuestario supera el 6% provocando una crisis de deuda pública inabordable?¿Y si no somos capaces de recomponer el sistema sanitario ante una más que probable contra ola de contagios proveniente de países que ahora empiezan a sufrirlos? 

Situarnos en el peor de los escenarios, o en los más moderados, no tendrá que ver con lo largo o corto que sea la crisis de la pandemia, sino en la anticipación y eficacia de las medidas que España y Europa sean capaces de planificar y poner en marcha. El reto es gigantesco y no falta quien reclama, para su consecución, un escenario de colaboración política que permita hacer frente a las difíciles decisiones que implicarán tantos nuevos sacrificios a los españoles. ¿Ha llegado la hora de arrimar el hombro, cuando el interés común es prioritario? 

Para algunos, el clamor por un gobierno de concentración nacional no es más que una ocasión aprovechada de “las derechas” para lograr lo que no consiguieron en las urnas, o lo que es lo mismo, para fumigar con “españolísimos anticuerpos” todo resto la sana política de izquierda que representa la vicepresidencia de Pablo Iglesias.

Pero para otros, esta excepcional fórmula aparcaría los reproches, eliminaría disfunciones, aunaría fuerzas y reforzaría nuestra posición ante la Unión Europea. También cerraría la puerta al “cambio de modelo” que aprovechan a propagar algunos asimilados al actual gobierno, enemigos del capitalismo y del derecho a la propiedad.

Opiniones hay para todos los gustos.

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