Opinión

A plantar tulipanes

Se ha dicho ya de todo sobre la espantada de Ferrovial a plantar tulipanes. El Gobierno tacha de antipatriota e inmoral la decisión de la multinacional, mientras que el conjunto de sus accionistas la respalda con rotundidad. Desde el día que se anunció, su cotización en bolsa se incrementó en un 4,35%, superando con creces el comportamiento del IBEX, que en el mismo periodo tan solo creció un 2,29%. Mientras, sus principales competidoras sufrían lo contrario: Acciona (-3,39%), Sacir (-3,30%), Ohla (-3.33%). Por tanto, resulta inequívoco que la subida de cotización en bolsa de Ferrovial está directamente relacionada con su anuncio de trasladar su domicilio fiscal a Holanda, fuera de cualquier otra consideración económica del sector.
Me parece a mí, que no es el momento de traer al debate aquello del capitalismo de amiguetes, que es lo más anticapitalista que puede haber y lo más alejado del libre mercado que nos podemos encontrar. Si Ferrovial, o cualquier empresa, se coaligó alguna vez con el poder político para beneficiarse de quien maneja el BOE y favorece sectariamente a ésta o aquella empresa de construcción en perjuicio de otras, mal para Ferrovial, pero mucho peor para el gobierno. Creo que toca abstraerse de esa obscena forma de evitar la competencia al calor de quien legisla o reparte obra pública, y centrarse en la raíz de la cuestión.
Ione Belarra, la ministra de Derechos Sociales de España, ha llamado a la firma de Rafael del Pino “empresa pirata” y ha pedido “atarles en corto” para que tengan que “devolver hasta el último euro que les dieron los españoles”. En los últimos meses, Ferrovial solicitó al gobierno permisos para invertir 9.000 millones en parques eólicos marinos. Me puedo imaginar la presión que va a sufrir la ministra de Transición Ecológica por parte de sus socios de Podemos para dejar fuera de la partida  a la empresa. Capitalismo de amiguetes, pero a la inversa.
Si me pongo en el pellejo de Belarra, yo también me iría. Pero del gobierno. Todos a plantar tulipanes. Y pediría al capital y empresas extranjeras que vinieran en su lugar. La propia ministra Nadia Calviño no se escondía cuando en 2021 ponía una alfombra roja al capital extranjero para atraerlo hacia España. En su “roadshow” por EEUU vendía a grandes inversores que España podía ser un destino ideal para su crecimiento y les habló de que estaba preparando una legislación específica. Pero ahora, no asimila que con sus políticas erráticas, comprometiendo el acceso a la financiación y causando una inseguridad jurídica que compromete seriamente su futuro, las empresas se las piren.
Que disfruten con salud de lo votado.

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