En las islas Feroe, un archipiélago autónomo dependiente de Dinamarca, han construido la primera rotonda del mundo situada debajo del agua, que forma parte del Túnel Eysturoy, que conecta las islas de Streymoy con la de Eysturoy, mediante tres carreteras submarinas con un total de 11,24 kilómetros de longitud. La rotonda de 80 metros de altura está situada a 180 metros bajo el mar. Se trata de una obra de ingeniería importante e impactante pero que quizá tendrían que haber mantenido en secreto. La razón: que dentro de poco habrá algún alcalde nacional que visite la rotonda y la quiera trasladar a su ciudad, aunque solo la atraviese un río, y no digamos si se trata de una ciudad costera. Y peor aún, se preocupará de que en el medio se coloque algo, que puede ser una escultura interesante o, más probablemente, algún elemento cañí o kitsch, que será objeto de chanza o burla y causa de distracción y por tanto de accidentes.
