Opinión

Regla de tres

Se trata de una regla de tres que podría formularse así: “¿Si el estado de alarma ha provocado el despido de aproximadamente 900.000 trabajadores en catorce días, cuantos muertos, y contagiados, habría provocado en el mismo tiempo? La incógnita es difícil de despejar aunque seguro que hay modelos matemáticos que pueden dar una aproximación. Pero más importante aún es que pronosticaran cuántos de esa barbaridad de parados podrán reincorporarse a su puesto de trabajo y en cuanto tiempo, que a buen seguro no será el mismo empleado en la destrucción de empleo, porque en este caso se puede aplicar la misma justificación que con el incremento de los precios de las gasolinas, que suben a la velocidad de la caída de un plomo y bajan a la velocidad de caída de una pluma. Los hechos son los hechos y el aumento desorbitado del desempleo es incuestionable, lo que hace más necesario que nunca que se arbitren cuántas más medidas mejor para paliar el desastre. A no ser que quién relaciona de forma torticera paro y estado de alarma esté proponiendo que se levante, y sálvese quién pueda.

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