Opinión

Pérdida

Es un riesgo cierto y ocurre con más frecuencia de lo que la gente sabe. Todo el mundo conoce a alguien a quien le han perdido la maleta en las circunstancias más delicadas, un viaje de luna de miel, una boda o una entrevista de trabajo, cualquier cosa. En los aeropuertos se pierde de todo. Incluso, como le ha pasado a una madre, el féretro con el cadáver de su hija que debiera haber volado con ella desde el aeropuerto del Prat en Barcelona al de Son San Juan en Palma de Mallorca, pero el ataúd no llegó en ese vuelo y la familia estuvo un día sin saber dónde se encontraba el cuerpo de su hija fallecida en un accidente de tráfico, lo que obligó a retrasar un día el velatorio. La familia recibió una indemnización de 300 euros por la pérdida como si se tratase de una maleta y la excusa de Air Europa fue que la documentación del féretro no llegó a tiempo. La madre de la víctima ha pedido que las compañías aéreas muestren un poco más de empatía en circunstancias tan trágicas. Pero ya se sabe que a algunos el reglamento los lleva a tener la misma empatía y sensibilidad que un serrucho oxidado.

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