Opinión

Escraches

Una de las mejores definiciones de Universidad es que en ella cabe la universalidad de las ideas, sustentadas en la libertad de cátedra, con unas limitaciones bien tasadas relacionadas con el respeto de los derechos de todos. Cada vez que en un paraninfo, en un aula magna se impide que un político pueda pronunciar una conferencia o participar en un debate, se vulnera la esencia de la Universidad. El último en sufrir las invectivas de un grupo de alborotadores ha sido el propio Pablo Iglesias. El vicepresidente segundo jugaba en casa, en la Facultad de Políticas de la Universidad Complutense de la que ha sido profesor, y por ese motivo la participación en el escrache ha sido minoritaria en relación al aforo. Otros políticos no tuvieron la misma suerte e incluso algunos no pudieron ofrecer sus charlas, ni defenderse como él desde la tribuna. Iglesias ha vuelto a ser objeto de críticas de quienes en algún momento confiaron en su proyecto de asaltar los cielos. “Vendeobreros” ha tenido que escuchar. No le habrá gustado.

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