Opinión

Por un Tui próspero

Vivimos en el país de los extremos. Ahora parece que solo se nos ofrecen dos opciones políticas: votar a más de lo mismo (PP o PSOE), o dar un salto en el vacío y entregarnos a Podemos. De la disyuntiva entre el asco garantizado y el terror expectante, parece que la gente, ya próxima al vómito de tanto asco acumulado, se inclina mas por un incierto terror, que acaba viendo como un halo de esperanza.
Por otra parte, si algo bueno hemos ido acumulando los agnósticos, es que ante la fantasía y el autoengaño, nos atemoriza menos el no encontrar soluciones que el renunciar a buscarlas y, entre el asco y el terror, prefiero indagar en otras vías, aunque sea con la seguridad de no apoyar a un ganador.
Si las puertas de la política activa, por muchas ocasiones que uno tuviera, decidí cerrarlas en el momento en que tomé la decisión de únicamente ser fiel a mi mismo, es decir, desde un principio, pues ya Unamuno (salvando las distancias) aseguraba que si fundara un partido político y alguien se diera de alta dimitiría al momento, ello me permite no esconder, en base a ninguna autoimposición o provecho, mis propias preferencias y convencimientos. Como tras escucharlos a todos, hasta la saciedad, el único que me convence de verdad es Albert Rivera y, al menos de momento, no está pringado que se sepa y defiende prácticamente lo mismo que yo creo defendible, mi voto, aunque esta España de demócrata no tenga lo mas mínimo, será y ha sido para Ciudadanos, aunque sus posibilidades de gobierno sean prácticamente nulas.
Como uno, aunque suele ejercer en Vicus Spacorum (lo de ahí es para echarle de comer aparte), vota en una de las siete capitales de Galicia, concretamente en Tui, y de momento aquí Ciudadanos ni está ni se le espera, considerando que los del asco aquí profesan cum laude, ante el anuncio de alguien que presentaba un librito llamado “Por un Tui próspero”, decidí ir a ver de que iba la cosa.
El autor de la voz que clama en el desierto, resultó ser Carlos Vázquez Padín, concejal en el Ayuntamiento tudense por “Convergencia XXI”, una especie de rara avis política, ajeno a la norma general en el concello miñoto, pues no se trata de ningún paleto con ínfulas de procer electo, sino de un joven licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad de Santiago, MBA por la Escuela de Negocios, cercano, accesible y con las ideas bien claras, documentado y con empuje suficiente como para clamar en el desierto, con el único afán de aportar algo entre tanto canalla.
Escuché su conferencia, intervine como es de rigor cuando hay algo que compartir, adquirí el libro, lo leí como también es de rigor cuando se adquiere un libro y he de decir que hoy creo en Dios (es broma).
Su análisis político de la situación tudense, como una sede clásica del caciquismo, de la política clientelar y de la desidia mas absoluta, contrasta con la situación esperanzadora de querer ver un futuro a recuperar al tiempo de proponer actuaciones, actitudes y esperanzas, que es preciso apoyar, aun a costa de conseguir poco menos que el haber dado testimonio de que aun hay quien quiere hacer bien las cosas al servicio de los demás.
Efectivamente Tui tiene el segundo mejor casco histórico de Galicia tras Santiago, desconocido para gente tan próxima y mal informada como los vigueses, y aunque muy abandonado por la rémora que paraliza la ciudad, cuenta con unas enormes posibilidades a poco que alguien se interese por su puesta en valor, al igual que la orilla del Miño, con quien limita todo el municipio, o la vecindad de Valença, infinitamente mas cuidada que la antigua capital miñota, con quien sin duda habrá que hacer equipo para un futuro conjunto de gestión de las mejores infraestructuras del sur de Galicia, que en su mano tuvieron la posibilidad de ofrecer ser sede de la Plisan en condiciones optimas, y que una vez mas dejaron pasar el tren del progreso en aras de enriquecimientos personales, caciqueo y ejercicio constante de la más absoluta mediocridad.
Convencido y resignado a que Ciudadanos ni está ni se le espera en mi ámbito de voto local, donde se ha asentado de forma inmisericorde “a longa noite de pedra”, ahora descubro a Carlos Vázquez Padín y su Convergencia XXI, una opción que sin pretenderlo se me parece a la oferta de Rivera como una gota de agua a otra, en esa lluvia de esperanza que uno aun mantiene, a pesar de ir cumpliendo mas años de los que las ilusiones suelen respetar.
Lástima que tanto Tui, como la mayoría de los tudenses, sigan en esa siesta permanente que nos llevó de ser la 5ª ciudad gallega hace 250 años, tras Santiago, Coruña, Pontevedra y Betanzos, a la actual 30ª y en caída libre, en manos de una casta paleta, sin ideas y conservadora de lo mas casposo.

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