Opinión

Los hijos bravos

Es cierto que las dinastías reinantes en España no han regateado esfuerzos para dejar testimonio vivo de su capacidad amatoria,  sembrando los territorios nacionales con una variada colección no de bravos hijos, sino de hijos bravos. Así que, no nos puede tomar por sorpresa la tendencia que se abre camino en estos últimos meses consistente en identificar descendientes fuera del matrimonio, atribuibles al emérito Juan Carlos. El monarca que renunció a su trono a raíz de una costalada mientras anda por ahí desjarretando elefantes, se hizo francamente popular en su tiempo por sus inmoderadas excursiones por los lechos continentales, y a la vista de los múltiples testimonios de descendencia por libre atribuibles a sus antepasado Alfonso XII y Alfonso XIII, no tendría  nada de particular que a él también le pasara. La dinastía Borbón ha sido francamente aficionada a pelar la pava fuera del tiesto, y en ciertos casos la certeza estaba tan documentada que no hubo más remedio que incorporar a algunos de aquellos productos ilícitos a la Familia Real aunque al aspirante le costara media vida lograrlo como ocurrió con el infante Leandro de Borbón y Ruiz Moragas que se murió con tratamiento de infante real, y como no ocurrió paradójicamente con su hermana María Teresa, a la que no se le otorgó esa merced probablemente porque a ella la situación le trajo sin cuidado, una dama de notable belleza y elegancia que, aunque se casó en Madrid, vivió toda su vida completamente al margen de la realeza, y radicada en Italia.
La historia dice que el único Borbón austero y morigerado fue Carlos III. Viudo de su esposa alemana María Amalia de Sajonia nada más regresó a España para sentarse en su trono, el monarca ilustrado nada quiso saber de casarse de nuevo y así fue durante casi treinta años. Los demás no fueron ni tan formales ni tan castos. De todos modos, ahora la moda ha decidido tratar de cargarle a Juan Carlos hijas e hijos ilegítimos, y le salen al camino por todas partes. La última necesitada de rechazar esa condición ha sido Alejandra de Rojas, hija de los condes de Montarco, que ha tenido que convocar una comparecencia para explicar que no solo no es hija secreta del rey emérito sino que esta suposición sin fundamente está haciéndole un terrible daño. Seamos sensatos. Parece como si no hubiera cosas de las que preocuparse. Y mira que las hay.

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