Opinión

La moción de censura

Entramos en un otoño vidrioso gracias al tenderete político, un entarimado tan frágil y aleatorio que no ofrece fiabilidad alguna. Los votantes están recibiendo mensajes contradictorios día a día, y en esas condiciones, quedarse con una carta de esa baraja fullera es una heroicidad con más arte y enjundia que la final de Masterchef. Es tal el aprovechamiento de la oportunidad en la que discurre el discurso político que los lunes, ¡ay los lunes!, vienen con tantas novedades que hay que rodearlos con lápiz rojo en el calendario si es que con las nuevas tecnologías se pueden afrontar hábitos semejantes ahora que los lápices no pintan y los calendarios son digitales y forman parte integrante de las pantallas luminosas de un teléfono.
Este lunes hemos sabido que el servicio de inteligencia catalán –no sabía yo que existiera tal cosa pero por lo visto existe- ha estado en permanente contacto con grupos independentistas de matiz anarquista y que fueron ellos los que ordenaron la entrada en el Parlament. Hemos sabido también que la cúpula de Ciudadanos ha dado luz verde a la presentación de una moción de censura en dicho Parlament contra el presidente Torra, (este contradictorio sujeto para el que trazar estrategias con las que fabricar explosivo casero es una prueba de democracia, libertad y concordia). Por último, hemos conocido también que el PSOE es el único partido de la izquierda que no se avergüenza al pronunciar la palabra España, según se desprende de las palabras pronunciadas por su secretario general y presidente de funciones Pedro Sánchez. Sánchez, es cierto, no se ruboriza pronunciando la palabra España, pero tampoco se le suben los colores pactando con el independentismo. Lo ha hecho en la fallida legislatura hasta que ese independentismo –catalán en este caso- le derribo y le obligó a convocar urnas, y lo ha hecho en Navarra, propiciando la entrada en su parlamento de sujetos de estirpe Bildu.   Si C’s lleva adelante su propuesta de moción de censura en Cataluña, habremos de saber dónde se coloca el PSOE de esta comunidad y quizá podamos encontrarnos con un Miquel Izeta sin ambigüedades si es que tenemos la suerte de hallarlo en tal advocación, muy difícil de obtener pero no imposible.
Menudo otoño nos espera. Sentencia del proceso y elecciones. Para no aburrirse.

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