Opinión

Hey Jude

El fútbol y la música han ido con frecuencia cogidos de la mano y muy especialmente en las gradas de los campos británicos a los que su público aplaude tomando canciones de moda y cambiando sus letras para adecuarlas al ejercicio de animar a los futbolistas que defiende sus color y denostar a los rivales. Hoy, los terrenos de juego británicos cuyos equipos están mayoritariamente en manos de capitales procedentes del Golfo Pérsico, ya se parecen a todos los demás, pero antes era otra cosa. Las venerables gradonas retumbaban con los cánticos de  los fans como en ningún otro lugar del planeta.

 Famoso es, y sirva como magno ejemplo, el himno de guerra del Liverpool, un viejo número de opereta titulado “You’ll never walk alone”, que hizo suyo en los 60, la banda juvenil Gerry and The Pacemakers, entonces muy popular en la ciudad. De los clubs musicales del Liverpool de vanguardia saltó a la grada y de la grada, al cielo. Hoy es el santo y seña de Anfield y el distintivo de los jugadores “reds” en el mundo entero.

De ese mismo palo va el suceso creciente que acompaña a Jude Bellingham, el nuevo portento del Real Madrid que ha marcado cinco goles en cuatro partidos sin que fuera tenido por goleador cuando fue contratado y que está ofreciendo a los hinchas blancos la esperanza recién estrenada de contar con un  fenómeno cuya juventud presagia gozo y disfrute al menos para las próximas diez temporadas si todo va bien y las cosas no se tuerce. Bellingham es un veinteañero alto, fuerte y potente al que personalmente, y como madridista confeso y recalcitrante que soy, no solo tengo que agradecer las alegrías que me está dando desde que se ha puesto la gloriosa camiseta, sino que, de paisano a paisano, se ha convertido en el inglés que ha abierto a los Beatles las puertas del Bernabéu. Para un sujeto como, yo que considera a ambos la cúspide musical y futbolística en la historia del Mundo, una situación de esta naturaleza le suministra munición emocional para pasar muchos inviernos. Escuchar a la parroquia madridista cantando “Hey Jude” a voz en cuello en homenaje a uno de los nuestros no se vive todos los días. Otra cosa es que el fenómeno dure. Mientras se mantenga, a uno le mola lo que dice la letra: “Hey Jude, no tengas miedo, coge una canción y mejórala”. Pues que siga así la cosa.

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