Opinión

La femoral portuaria

El escándalo de mordidas y sobreprecios con base en el restaurante “La Chalana” donde se pueden comer centollas a seis euros –observando la cuantía de las rapiñas sospecho que estos comensales tan importantes los pedirán de otros precios más generosos y por tanto, de superiores calidades- se acaba de cobrar la primera víctima colateral fuera del área de penalti defendida por Ábalos, que parece destinado a pagarlas todas juntas aunque sea en efigie teniendo en cuenta que por el momento es un sujeto aforado. El ministro de Transportes, Óscar Puente, ha decidido llevarse por delante al secretario general de la  organización Puertos del Estado por mentir por escrito en la respuesta a las cuestiones tramitadas al organismo por inspectores de la Oficina contra el Fraude dependiente de la Agencia Tributaria, a los que la liturgia aplicada a cuerpos de élite en la Administración suele representar de negro de pies a cabeza, camisa blanca, dentadura exultante y gafas ahumadas. 
El caballero en cuestión, a quien el vicio de mentir le ha dejado al aire la femoral, es un tal Álvaro Sánchez Manzanares al que se le acusa de haber omitido en su respuesta el nombre de Víctor Aldama, hoy identificado como “el conseguidor” y personaje al que no se cita en el informe emitido por el susodicho Sánchez Manzanares pero que sí aparece en el sumario como protagonista del acuerdo establecido por Puertos del Estado con la empresa de la que se valían los investigados para pegar los bocados. El negocio  salió redondo y fue el primero de los muchos arreglos de Koldo y sus amigos con distintas administraciones. En este caso, el pelotazo fue de veinte millones de euros que no está del todo mal, y que sirvió de luz y guía para siguientes transacciones. La reacción del ministro Puente ha sido meteórica, aunque todo esto emana un olor muy característico que corresponde al que desprenden camino del patíbulo los chivos sobre todo cuando son expiatorios. La Guardia Civil igualmente ha comprobado que en  el popular restaurante donde pasaba casi todo, también estuvieron altos cargos del ministerio del que hoy es titular el antiguo alcalde vallisoletano y hombre duro del entorno de Sánchez. De transportes sabe poco y de los de Galicia no solo no sabe nada sino que no quiere  ni saberlo. Pero cuando hace una visita, la cosa se pone amarga. Page ya lo sabe.
 

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