Opinión

El plan estratégico

La campaña ideada en Moncloa como estrategia para recuperar el Gobierno de la comunidad de Madrid, ha pinchado en hueso. Los fontaneros que configuran el equipo operativo del presidente Sánchez a las órdenes del gurú Iván Redondo, había desarrollado un plan de inteligencia notable que necesitaba hacer del alcalde Almeida un gobernante ejemplar a costa de la presidencia de la Comunidad, a la que se señalaría como el retrato más fidedigno de la tonta del bote.  Repartidos así los naipes, los fontaneros calculaban que las tensiones entre ambos no tardarían en producirse, que con un poco de suerte llegarían a las manos, y que con una bronca constante entre las dos esferas de poder político en la capital y su entorno, el final de ambos era crónica de una muerte anunciada.  Isabel Díaz Ayuso, una cuarentona madrileña periodista de profesión, cargaba con un macuto lleno de piedras a la espalda cuando los rivales políticos supieron que ella –licenciada por la Complutense y máster en Comunicación y Protocolo- había iniciado su camino profesional en los ámbitos parlamentarios de la capital haciéndose cargo de la cuenta de twitter del perro de la presidenta  Esperanza Aguirre. A partir de ahí, a Ayuso le han llovido las comentarios más crueles y despiadados. Ha sido criticada, zaherida, vituperada, tratada de idiota y de indocumentada. Se ha puesto en constante duda su preparación profesional y sus condiciones para gestionar. Y lo más desagradable es que los tratamientos más crueles y a menudo más injustos provenían de mujeres, compañeras suyas en el ámbito parlamentario que no dudaron en atacarla con saña y contagiar en este acopio de crueldades a un amplio abanico de mujeres que no dudaron en sumarse espontáneamente a esta cruzada sabiendo además que  la mayor parte de los argumentos  utilizados en su contra eran bien exagerados, bien completamente falsos.

El tiempo, sin embargo ha puesto las cosas en su sitio y Ayuso no solo se ha manifestado como una gobernante competente que tenía razón en sus cálculos, sino que, armada de razón, se ha convertido en el más duro y permanente enemigo Pedro Sánchez, dispuesta a frustrarle al presidente, todos los planes que pueda frustrarle. Y en eso está, subiendo enteros y echándole pulsos muchos de los cuales gana. Minimizar a un enemigo es un error. Y Sánchez en eso, lleva un camino muy malo.

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