Opinión

Lo que dicen las encuestas

Para sorpresa de algunos y refuerzo en el convencimiento de otros, las encuestas resucitan a Sánchez y vuelven a nominarle como favorito a hacerse con los mandos del PSOE cuando toque irse de Congreso que será para mayo. Las que se acaban de publicar otorgan al defenestrado secretario general más del cuarenta por ciento de los sufragios domésticos, continúan con Patxi López al que los estudios demoscópicos le dan algo más de un treinta y arrinconan a Susana Díaz hasta la tercera posición muy por debajo de sus compañeros. La que hasta hace poco era clara favorita para quedarse con el partido e iniciar con él un rumbo nuevo capaz de poner orden en un colectivo al borde mismo de la desintegración, se sitúa ahora muy en la última plaza y en minoría, y hay que suponer a la vista de estos resultados que el paseo militar que se auguraba desde ciertos rincones de opinión ya no tiene de esa condición lo más mínimo. Susana Díaz a  día de hoy perdería por goleada y a Pedro Sánchez las bases dolidas y cada vez más numerosas le llevarían en andas a recuperar su puesto.
Los resultados que reproducen las encuestas son, sin embargo, previsibles y cuentan con propiedad los hechos. Hechos que se sintetizan en un solo pensamiento. La responsable de está caída en picado de Susana Díaz es ella misma y su desesperante ambigüedad. Ni siquiera aprovechando esa fiesta  insospechada y probablemente imprudente que Abel Caballero en su condición de presidente de la Federación Española de Municipios organizó en su honor para que ofreciera al ancho mundo su definitiva decisión de presentarse, la presidenta andaluza se permitió anunciarlo. Susana Díaz se ha mostrado dubitativa, ha renunciado a la transparencia, tiene a sus seguidores con el corazón en un puño y ha perdido un tiempo precioso. López y Sánchez llevan más de un mes en campaña y concretamente mientras Díaz baila la yenka, Sánchez no ha hecho más que eso. Reunirse con las bases, ofrecer mítines épicos, disfrazase de víctima sacrificada en el ara de los poderosos y cazar a lazo descontentos. 
Tengo cada vez más dudas de que Susana Díaz  presente su candidatura y si acierto –nunca acierto eso es verdad- va a dejar en la cuneta a muchos fieles a los que un partido como el PSOE no va a perdonar ni media. Ay Abel, ay Carmona… Ay tanto y tantos que se pueden quedar huérfanos.

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