Opinión

Caray con las visitas

La conmoción que ha sembrado en todo el territorio español el terrible episodio del incendio de Murcia ha convertido el acto protocolario de la visita a la Zarzuela por los representantes de los partidos políticos que integran el arco parlamentario en una vulgar anécdota. Una anécdota que, fuera de la dramática huella dejada por la tragedia en esa discoteca que no tenía licencia para permanecer abierta, es además un sainete ridículo porque a la cita se niegan a comparecer los portavoces de los partidos independentistas catalanes, vasco y del BNG, lo que impide poseer al rey los datos precisos para citar al aspirante socialista y encargarle con ciertas garantías, la formación de gobierno. Lo de ayer fue la repetición de una comedia que ya ni siquiera arranca alguna sonrisa. Es una cataplasma que pregona la pobreza de espíritu de la población parlamentaria en este país nuestro del que tanto se dolían talentos como Ganivet, Unamuno y Ortega a los que España hizo sufrir más que un dolor de mulas y que a Ganivet le costó la vida. Si tan eximias representaciones del pensamiento no eran capaces de entender lo que ocurría, menos lo haremos los del común, a los que no se nos ha dado la virtud de la clarividencia. Con semejantes representantes políticos administrándonos, lo tenemos casi todo perdido.
De los partidos que atendieron la llamada del soberano, solo UPN expresó con claridad el sentido de su voto. Proclamó claramente que  se negaría a otorgar su voto a un aspirante a la Moncloa que lo hicieran del brazo del independentismo. La única representante canaria por su parte, se reafirmó en su postura ya conocida de que tanto le da uno como el otro y que votaría al mejor postor, pero que si bien Feijoo habló con ella en los momentos previos a su fallida sesión, Sánchez y su gente ni habían levantado el teléfono. Se da por supuesto un voto negativo pero nunca se sabe y menos si quien se expresa es Coalición Canaria que pone su voto en una sala de subastas. El PNV, fiel a su costumbre, prefirió un comunicado. Un comunicado tan indescifrable como siempre y tan amenazador por lo bajinis como lo ha sido toda su vida de Dios y los viejos fueros. Nada que no hayan ya dicho.
Ni los independentistas catalanes ni Bildu ni el BNG van a visitar al rey así que, nada sabemos sobre lo que preparan. Ni siquiera el rey lo sabe porque las cosas no están para fiarse de Sánchez al cien por cien y menos en estos días que se está jugando su vida política. Se abre una semana de sobresaltos. 

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