Opinión

La gnosis socialista

Se dice que la izquierda es cainita y farisaica, pero de esto último tampoco se salva la derecha, sea en mayor o menor grado de hipocresía.
Respecto a la primera acusación, tal vez sirva de ejemplo, un cuento que circula por ahí. Se dice que eran dos vecinos mal avenidos, uno de derechas y otro de izquierdas. Al de izquierdas se le apareció un genio que prometió darle lo que pidiera, con una salvedad, que al de al lado le concedería el doble. Estuvo el hombre pensando en su mala suerte, pues le carcomía que su vecino fuera a tener más que él. Después de reflexionar lago rato, optó por pedirle al genio que le sacara un ojo.
La derecha es especialmente hipócrita con el tema carnal y sus derivados. Valga de ejemplo el overbooking de los vuelos a Londres producido por las niñas pijas, mientras sus muy honestos padres defendían con ardor el castigo del aborto.
Pero los socialistas, además, tras la renuncia al marxismo, forzada por Felipe González, carecen de ideología, lo que por una parte les permite pactar con cualquiera (por ejemplo, Podemos, aunque le quitase el sueño a Pedrito, que terminó amancebándose con el Coletas, en una tóxica y libidinosa relación lasciva de perversión y depravación moral) y por otra se han apropiado del título de progresistas, aunque, al parecer, los que de verdad progresan son ellos. Por todo lo cual, su principal aspiración es convertirse en nuevos burgueses, pero de la más casposa burguesía, con derecho a barragana y farlopa, aparte del coche oficial, aristocrática canguro y otras prebendas. Y todo a cuenta de Juan Pueblo. 
Su filosofía es la Gnosis, una catarsis intelectual por medio de la cual se llega al convencimiento de lo absoluto y divino que es el hombre. Y sin embargo, defecamos y orinamos como cualquier animal. Es decir, no dejamos de ser máquinas para crear detritos. Lo cual está muy lejos de que podamos proclamarnos “divinos”. Allá ellos con su infumable rollo, que implica casos de lo más deleznable, silenciados o expuestos con sordina, por los medios afines.
No es que los de la derecha sean “divinos”, pero, al menos, tampoco se lo creen, y centran la divinidad en algo más excelso. En cualquier caso, parece que los únicos indiferentes al incienso son los santos; y porque son de madera. Pero estos chicos del PP, suelen ser más comedidos por temor al “ojo que todo lo ve”, una especie de Orwell para los paganos; por mucho que el servicio de agit-prop de la “abyecta rojería” se empeñe en poner altavoces a cualquier caso aislado de algún descarriado pepero.
Por lo tanto, no metamos a todos los políticos en el mismo saco del oprobio. Luchemos por una justicia independiente que meta en el trullo al que se lo merezca, sea cual sea el partido en cuyas filas milite, y no se utilice al Fiscal o Fiscala General para aplicar el “Derecho del enemigo”.
¡A ver lo que larga el  controvertido excomisario Villarejo!

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