Opinión

La economía es una coña marinera

Pues sí, dilecta leyente, me ofrecieron participar en una prestigiosa revista de economía para escribir sobre nuestra problemática situación financiera, que por vergüenza torera rechacé, tras agradecer al director tal inmerecida deferencia. Y es que éste, que lo es, sólo sabe de la materia que, si se “empufa”, luego le embargan, y si le embargan se tiene que ir a vivir debajo de un puente, y tal futuro no parece nada halagüeño. Por lo que hay que pensar bien lo que se gasta y en qué, y desde luego no dejar a los hijos un páramo con hipotecas, porque entonces se van a acordar del padre que los engendró, y para nada bueno.

Sin embargo, no renuncio a entrar en el tema; pero fiel a mi estilo. Y así tras recordar lo estudiado en Derecho sobre Keynes y Adam Smith, principalmente, como representantes de las teorías opuestas, sobre si el Estado debe proceder de acuerdo a lo que ingresa, y la contraria de que  el Estado no debe ceñirse con tal corsé; y no habiendo llegado a conclusión alguna, me salto a la torera tales doctrinas y embotado de tanta ciencia económica me permito hacer mis singulares propuestas.

La solución: biomasa, cloud computing, trocobank y hoja de coca.

Para evitar nuestra dependencia del petróleo, se deberían utilizar los “pellets” de biomasa como energía sustitutiva, pues nos sobra madera y, desde el punto de vista del ahorro, un Kw/h con gasoil cuesta 7,8 euros, mientras que con “pellets” sale a 3,8 euros, o sea menos de la mitad.

Para evitar gastos superfluos, las compañías deberían utilizar el “cloud computing” o computación en la “nube”, que reduce costes y mejora su competitividad en el mercado. La “nube” permite contratar los servicios según las necesidades y evolución del mercado. El sistema admite, por ejemplo, que una empresa turística pueda contratar más o menos servicio en función de la temporada, sin tener que pagar todo el año por una infraestructura que sólo necesita en momentos puntuales.

El trocobank  es un sistema alternativo de crédito para empresas y autónomos, al margen de los circuitos bancarios tradicionales. A través del trocobank el empresario encuentra siempre a quién vender sus productos y a quien comprar lo que necesita. Se trata de un nuevo mercado basado en la colaboración entre empresas en que se paga con sus servicios o productos.

Por último, siguiendo los consejos del insigne Evo Morales debemos consumir la hoja de la coca, en su versión masticable, que tiene efectos medicinales y reduce la sensación de cansancio, lo que permite a todos los estamentos de la empresa currar a “esgalla”. Eso sí, el sistema no es aplicable a funcionarios. 

Efectivamente, dilecta leyente, esto de la economía es una coña marinera. 

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