Opinión

EL RESPONsABLE

Se intuía desde el primer momento que las declaraciones de Mauro Varela sobre las participaciones preferentes, cargando la responsabilidad sobre quienes las compraron, tendrían duras repercusiones. Ayer el presidente de Novacaixagalicia reconoció su error y presentó su renuncia irrevocable. Era difícil otro final.

Y fue justamente ayer, cuando nos enteramos de que la Fiscalía Anticorrupción denuncia a cinco ex directivos de las cajas por los posibles delitos de administración desleal o apropiación indebida, en relación con las millonarias indemnizaciones percibidas por cuatro de ellos al abandonar sus puestos. El quinto, Julio Fernández Gayoso, es presuntamente el verdadero autor material de los hechos investigados, puesto que él era el presidente de la entidad fusionada y firmante de las retribuciones aprobadas, según la fiscalía, con irregularidades y ocultación de información a los órganos de gobierno.

Por menos, por mucho menos, Mauro Varela ha presentado su dimisión. Julio Fernández Gayoso, por el contrario, se aferra, como se ha aferrado siempre, al puesto. Y lo cierto es que tendría motivos de sobra para retirarse reconociendo los errores, no ya por las polémicas jubilaciones pagadas, según la fiscalía, a espaldas del Consejo de Administración, sino por el irrestañable agujero económico que su gestión, autoprolongada artificialmente, ha dejado en la entidad que nació de los ahorros de todos los gallegos. Después de décadas de ejercer el poder de forma omnímoda y anunciar cada tres meses cuantiosos beneficios, descubrimos que no había beneficios sino pérdidas que ahora se cuentan por miles de millones de euros. Ese es el auténtico problema de fondo, pero no esperen de Gayoso que reconozca error alguno. Lo suyo ha sido siempre poner remiendo tras remiendo y aferrarse al poder caiga quien caiga.

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