Opinión

VIGO DE CANS

Lector amigo: Espero que si tienes cánido no te sientas ofendido ante algunos de los peligros que algunos suelen conllevar -los perros- y que voy a exponer ahora porque en mi tertulia se quejan de la falta de cuidados por parte de los dueños, para evitar los hechos antisociales.


Ya le dije a don Verísimo que los perros son animales que si hacen algo malo suele ser por causa de la falta de educación perruna y del mimo que los amos aplican dulcemente a sus canciños amados.


Tendría que explicar, ahora, que muchos lectores -esto es pelotilla-, tienen un gran sentido de que vivimos en un grupo social importante, juntamente con una buena cantidad de perros que obedecen -sus amos les han educado, domado-, a ese tenor; con las normas legales en la atención y cuidado de los mejores amigos del hombre.


Vigo es una ciudad con muchísimos perros que de vez en cuando cometen una 'falcatruada' y le pegan un mordisco a un viejo, a ni niño, a quien sea, no sabemos si porque el interfecto receptor del bocado se metió con él, claro, o no. (A lo peor, tienen hambre).


El problema está en que la mayoría -¿todos?-, de los animalitos, no llevan bozal, ni correa que le sujete y esto da lugar a accidentes algunas veces graves. (No voy a contar nada de esas noticias que a menudo salen en éste y otros periódicos).


En nuestra ciudad hay muchísimos perros -repito- y abundantes parques con las condiciones necesarias para el paseo diario con el faldero, el bulldog, el dogo, el dálmata, el bóxer, el dóberman y otros animalitos, que van sueltos, sin correa ni bozal... ¿Cuántos bocados habrán recibido quienes se acercan a ello para acariciarlos?


Y ya preguntando: ¿cumplen con el reglamento que se precisa para poseer un encantador gran danés, un terranova, un San Bernardo, etc. Da pena ver muchas aceras manchadas por los excrementos -y las esquinas regadas de orinas del pequinés, del cancerbero, del chucho...


En fin: don Víctor me estará leyendo. Y ya verá como en el futuro, estos pequeños pero desagradables y malolientes momentos dejan de existir. (Y no es tan gran problema dirá alguno que ha recibido su meadita en los pantalones. Si: hay gente buena y pacífica).


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