Opinión

Hay que ganar siempre

Hoy la tertulia tuvo mucho de paz y mucho de bronca.

Quiero decir que don Verísimo opina a su gusto y con razón; don Víctor también pero sin dar explicaciones (muy molestas, según él), porque la democracia es la democracia y “San Serenín del Bosque” un buen santo, que calló durante toda la sesión. (Bueno: tosió, alguna vez...)

Apartados, como si no fueran a opinar, pero luego sí, largo y tendido, Gorecho, Venancio y Ramállez, que acuden poco a nuestras tertulias (en este caso definidoras, que es como le gustan a ellos y por eso vinieron.)

Pero es que el tema que puso en la mesa -o sea en el aire, primeramente-, ya tenía su tirón: la Presidenta de Castilla-La Mancha obtuvo en su Parlamento –nada menos- la reforma que nadie quería entender o aceptar

La “doña” se cargó parte del sistema y del uso político de su Corte disminuyendo, poniendo a los sujetos diputados, fuera del recinto. Solo se salvaron los imprescindibles. De buena fe, ojo.. Ellos mismos lo aprobaron. Y tomen nota: apenas se salvaron con sueldo fijo tres. Los demás cobrarán el hecho de acudir a algún Pleno.

O séase: que las Cortes castellano-manchegas, se ahorran un pastón como dijo don Verísimo con palabras finas.”Cada uno” se buscará su pan en su chollo particular y acudirá –y tendrá su prima, económica, claro está, cuando fuera pertinente.

Su primera acción fue votar acordando justo aprobar lo que se pedía. Menos personal “cobrando nómina”, lo quedigo. Y esto lo aprobó el propio Pleno. Don Verisimo que tiene muy buena verba dijo que esto ya lo habían solicitado “los indignados” que no llegaron a cuajar en un buen partido pero que chillaron bien. Y que ganarán siempre si siguen. E incluso se solicitó a voz en cuello lo de “¡afuera el Senado!”. Don Verísimo nos dijo a todos los que alzábamos la cunca o el vaso:

-El Senado era y es un cementerio de elefantes. Lo que allí se proponga y se vote pueden hacerlo, perfectamente, los procuradores de las Cortes. Los senadores están para vivir de su pasado politiquillo. Y siguen estándolo.

-Alguien, Ramállez, gritó: “Por favor, callad... Que no tenemos por qué echarnos enemigos maduros encima...” (Como si los demás no fueramos, maduritos, ejem, tíos...)

Te puede interesar