No vamos a descubrir la importancia de Cíes en el turismo de Vigo. Es, digámoslo con datos actualizados a 2020, el segundo destino de mayor interés de Galicia tras la Catedral de Santiago y en competencia directa con la Praia das Catedrais de A Mariña de Lugo y Santa Tecla, que habitualmente se mueven en cifras similares. Las Cíes suponen mucho para la mayor ciudad gallega, conformando con el puente de Rande su imagen más icónica. Este año, cuando todo el turismo se viene abajo, agosto aguanta con cifras similares a las de 2019 y llenos a diario, y eso lo dice todo sobre la consolidación de un paraje natural, que va a más, incluso con visitas en invierno. Antes o después, el Parque Nacional que lidera Cíes obtendrá el máximo reconocimiento de la Unesco, aunque para ello habrá que esperar. Fue una iniciativa de un alcalde, que retomó un Gobierno autonómico yque asumió como propia el Estado, que ha traslado al organismo de la ONU, donde todavía tendrá que pasar mucho tiempo para que se haga efectivo. Nada cambiará en las Cíes cuando sea Patrimonio de la Humanidad, pero supondrá un añadido, como fue pasar de parque natural autonómico a parque nacional.
La única pena, y ya se dijo entonces, es la enésima oportunidad perdida por esta ciudad para poner su marca por delante. Parque Nacional Marítimo-Terrestres de las Islas Atlánticas de Galicia, que es su denominación, oficial, es además de excesivo un nombre que dice muy poco sobre su ubicación. Parque Nacional Rías Baixas o Parque Nacional Islas de Vigo, Pontevedra y Arousa habría sido mucho más preciso y mejor. Así somos.
