Opinión

Así somos los vigueses

El censo municipal proporciona una radiografía detallada de la ciudad y sus casi 300.000 residentes, un horizonte que se escapaba y que ahora parece mucho más cerca. Claro que Vigo ya no es la urbe joven que crecía con fuerza gracias a miles de nacimientos, como pasó en el siglo XX, sino asentada, y que se hace cada vez mayor. Es también donde casi el 60 por ciento de sus habitantes han nacido en el propio municipio, siendo entre los grandes núcleos gallegos donde más se da este fenómeno, a la par de Ferrol. Pero crece, y eso es clave porque forma parte de la señal de identidad local, como líder de Galicia, 13 de España y la primera que no es capital. Pero ha perdido ritmo económico, quizá de forma definitiva: el informe Ardan de Zona Franca es contundente: hace 30 años Vigo estaba por delante de Coruña en creación de riqueza, y desde entonces la tendencia negativa ha sido implacable: en 2018, último dato, la comarca viguesa concentró el 13 por ciento del valor añadido de Galicia, cuatro puntos menos que el año anterior, pero la coruñesa generó el 59, casi 12 puntos más. 
Pero quizá el cambio más importante, aunque para consolidarse tendría que mantenerse durante varios años, está en la llegada masiva de inmigrantes, ahora de nuevo desde el otro lado del Atlántico en busca de un lugar donde asentarse. Hombres y mujeres en muchos casos con orígenes lejanos en Galicia, venezolanos, colombianos y brasileños sobre todo, que ya han cambiado el paisaje urbano. La mayoría alcanzó la costa viguesa con muy poco, a la espera de lograr trabajo y ayuda. Así es ahora Vigo. Así somos.

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