La construcción de una línea de alta velocidad entre Oporto y Vigo se ha colado en la campaña de las generales en Portugal, que este domingo elegirá nuevo Parlamento y con ello Gobierno. Como en España, hay dos fuerzas principales, los socialistas y los populares (el viejo PSD, ahora con otro nombre), con opciones para ambos, que coinciden en la prioridad de construir esta línea. En el caso de los socialistas, su candidato, que era el ministro de transportes, está más que convencido de que se trata de la decisión correcta. En el bando de los populares, admiten que el proyecto está lanzado y que lo lógico es seguir adelante. Para Portugal, la línea es un chollo: permitirá unir Oporto con su aeropuerto y Galicia al completo si el Gobierno español construye la salida sur, como se ha comprometido en varias ocasiones. Traducido: la Región Norte lusa tendrá mucho más fácil atraer clientela. Si su plan se cumple, de Vigo al aeropuerto Sá Carneiro de Oporto se tardará en tren rápido directo menos de una hora, y estará más cerca que Santiago. Para Peinador será letal, pero esa es otra historia. También parece lógico que en Madrid y Lisboa se quiera construir la línea AVE directa entre las dos capitales, y probablemente se hará, pero no antes de finalizarse la Lisboa-Oporto-Vigo-Coruña.
Claro que todo esto depende en definitiva de lo que haga el Gobierno español, al que se le ve poco motivado. El proyecto avanza por los terrenos pantanosos administrativos a un ritmo muy lento, así que no se puede pensar en iniciar la obra -un túnel desde Urzaiz hacia Porriño- antes de cuatro o cinco años. Por tanto, la fecha de 2030 es pura utopía. En Portugal se sabe, pero no van a dejar de presionar para que se ponga en marcha y esa es la mejor garantía de que finalmente se hará.
Cuando se ponga en funcionamiento, Vigo dejará de ser una estación término para convertirse en pasante, toda una novedad histórica, y eso tendrá múltiples consecuencias. Entre ellas, que se concentrará de nuevo el tráfico ferroviario en Urzaiz. Las dos terminales fue un error.
Claro que todo esto depende en definitiva de lo que haga el Gobierno español, al que se le ve poco motivado. El proyecto avanza por los terrenos pantanosos administrativos a un ritmo muy lento, así que no se puede pensar en iniciar la obra -un túnel desde Urzaiz hacia Porriño- antes de cuatro o cinco años. Por tanto, la fecha de 2030 es pura utopía. En Portugal se sabe, pero no van a dejar de presionar para que se ponga en marcha y esa es la mejor garantía de que finalmente se hará.
Cuando se ponga en funcionamiento, Vigo dejará de ser una estación término para convertirse en pasante, toda una novedad histórica, y eso tendrá múltiples consecuencias. Entre ellas, que se concentrará de nuevo el tráfico ferroviario en Urzaiz. Las dos terminales fue un error.
