Bueno, pues ya es oficial: Vigo -y curiosamente también ocurre en Pontevedra- es uno de los 15 municipios con menor natalidad de España, con una media de un niño por mujer, y bajando, según aparece en la estadística publicada por el INE. A la cabeza se encuentran tres ayuntamientos canarios, desconozco la razón, y los tres grandes asturianos, otra comunidad en declive demográfico. Y ya, Vigo y Pontevedra. No puede extrañar a poco que se vaya observando el ocaso acelerado local, que se nota también en el censo: este próximo domingo habrá 3.500 personas menos que puedan votar. En solo cuatro años, un 1,5 por ciento de retroceso del cuerpo electoral. Y esto no va a parar: en este año sigue bajando el número de partos tanto en Vigo como en Pontevedra, así que todo apunta a otro récord negativo, que ya será el quinto consecutivo. ¿Qué hacer? La Xunta hizo lo que debía al incluir las escuelas infantiles como concertadas, y, por tanto, gratuitas, un aliciente para hacer algo más fácil trabajar y ser padres. Pero obviamente no va a llegar. Probablemente, ni siquiera tendrá impacto, aunque hará algo menos difícil la paternidad.
¿Entonces? Según el INE, en España hay ya ocho millones de personas que nacieron en el extranjero sobre algo más de 48 millones, rozando el 20 por ciento del total. En Vigo el porcentaje está todavía muy lejos: algo más de 23.000 sobre 295.000, aun sin llegar al 10 por ciento. Hay margen de crecimiento y por ahí tiene que llegar la solución para la renovación. Es un fenómeno europeo: véase Reino Unido, cuyo primer ministro es hijo de indios, y donde el alcalde de Londres es pakistaní.
