Estoy de acuerdo con la vicepresidenta y conselleira de Medio Ambiente, aunque no exactamente por las mismas razones, en que es mejor un Plan General para Vigo cuanto antes que ninguno, el actual es de hace 30 años, y en que el nuevo PGOM carece de ambición, aunque quizá sea más realista que el anterior. La falta de ambición no la coloco en las previsiones de viviendas a construir en los próximos 25 años porque la demografía viguesa ya no es, ni probablemente será, la del siglo XX, y sí en el mínimo terreno reservado para parques empresariales. Mínimo por no decir nulo. Dos de las zonas a desarrollar son simples ampliaciones previstas desde hace décadas en Balaidos y en el Tecnológico de Beade-Valladares, y a esto añade el documento otras dos posibilidades en las proximidades de Vincios y Peinador que parecen poco viables por depender de los ayuntamientos vecinos de Gondomar y Redondela.
No contemplar suelo industrial condena a esta ciudad a no tener un espacio donde se pueda instalar una gran empresa, pongamos de la automoción, que quiera optar por instalarse en Vigo. La Plisan es un auxilio para el puerto como zona logística y también una reserva para el futuro, pero no deja de estar en Salvaterra. Me voy a repetir: Vigo tiene 110 kilómetros de superficie con una población de menos de 300.000 habitantes, la mayoría concentrada en unos pocos kilómetros cuadrados, así que hay espacio de sobra para combinar ciudad y parroquias, Puerto y playas y ocio y empresas
