Carmen Calvo, hoy presidenta del Consejo de Estado (recomiendo visionar su solicitud de idoneidad ante el Congreso) fue no hace tanto vicepresidenta del Gobierno con Mr PS y mucho antes ministra de Cultura con ZP, entre 2004 y 2007. De su paso por el ministerio quedarán para siempre dos frases. Una, cuando afirmó que el dinero público no es de nadie; otra en el Marco, donde de forma contundente e inequívoca zanjó que Vigo no tenía categoría para albergar una Biblioteca del Estado por no ser capital de provincia. Y no se ha equivocado: han pasado esos casi 20 años y en efecto, Vigo es la única ciudad gallega que carece de la biblioteca; también es una excepción en el ránking nacional: la única entre las 20 primeras. En Galicia funcionan desde hace años en las cuatro capitales y en Santiago. ¿Y Vigo? Se anunciaron varios proyectos y en alguna ocasión es cierto que estuvo cerca. Pese a las graves palabras de Calvo, su sucesor, el gallego Molina, que hoy echa pestes de ZP y del PSOE actual, llegó a firmar un acuerdo con el Concello para construir la famosa biblioteca en la plaza del Rey, una ubicación que parecía adecuada para cerrar dicho espacio, frente a la Panificadora. Por algún motivo, el Concello decidió finalmente que allí no y ahí terminó un proyecto que iba bien encaminado. Luego llegarían otras propuestas, siendo la última, avalada por Miquel Iceta en su breve paso por el Ministerio de Cultura, un edificio en el espacio próximo a los antiguos juzgados de la calle Lalín. Son 15 millones y depende de que haya Presupuestos del Estado y de contar con impulso político. Lo mismo, pero al revés, de lo que pasó con la nueva autovía Vigo-Porriño, que Rajoy había decidido impulsar con un plan específico, hasta que llegó Ábalos y dijo que no, que se haría pero con Presupuestos del Estado. Han pasado seis años y ya no hay ni Presupuestos.
