Opinión

29 de febrero

El año de 366 días fue un invento egipcio que los romanos, siempre tan pragmáticos, perfeccionaron. En Roma regía un calendario lunar que era un desastre. De eso se dio cuenta Julio César durante su estancia con Cleopatra, donde descubrió que en el país del Nilo se contaban los años por la traslación del sol y decidió importar el sistema. Se le llamó calendario juliano, y con algunas modificaciones sigue vigente. También se introdujo el 29 de febrero, como el sexto día doble cada cuatro años. Lo que no sabían los egipcios ni los romanos es que el año, además de los 365 días y 6 horas, se prolongaba también nueve minutos, que al cabo de 16 siglos provocaron otro caos que obligó a mover el reloj. Los científicos de la Universidad de Salamanca hicieron los cálculos precisos y el Papa Gregorio ordenó adelantar unos días para poner ajustar el año solar. Los países protestantes se negaron a aceptar la decisión papal y mantuvieron algún tiempo las cosas como las había dejado Julio César. Y así Shakespeare y Cervantes murieran en la misma fecha, el 23 de abril de 1616, pero no el mismo día.

Este 29 de febrero nacieron en el Cunqueiro ocho niños, menos que en el pasado porque la natalidad en España, Galicia y Vigo se halla en mínimos y sin visos de recuperación, pese a la llegada masiva de inmigrantes. Tan mal están las cosas que Povisa ha decidido cerrar su unidad de partos mientras que Pintado, centro referente en nacimientos, acelera su reconversión hacia la reproducción asistida. 

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