Opinión

Las dictaduras hispanoamericanas

Hace un tiempo, un personaje afirmó contundente que era necesario que el comunismo llegase de veras a Hispanoamérica. Le faltó concretar los medios y los objetivos de ese deseo. Creo que el pluralismo es bueno siempre y cuando esté impregnado de diálogo y, en definitiva, democracia. Porque las dictaduras, sean del sesgo que fueren, siempre son malas y, desgraciadamente, la Historia nos cuenta cómo han ido acabando y a dónde llevaron a los pueblos en los que han imperado décadas. Soy de los que piensan que en Hispanoamérica las dictaduras de izquierdas llegaron como consecuencia lógica de los mandatos de las dictaduras de derechas. Basta leer la historia y comprobar por qué llegó el castrismo a Cuba, el sandinismo a Nicaragua o el chavismo a Venezuela.
Estamos observando cómo están las cosas en estos tres países y el rumbo que están tomando otras naciones de la zona. Y lo grave de estos régimen es  el modo como se sostienen en el poder y sobre todo la situación de esos pueblos, esas gentes, muchos de ellos atravesando una situación de miseria extrema con violencia, represiones y métodos para nada democráticos. Cuando llegó Raúl Castro al poder, parecía que la cosa iba a cambiar en Cuba y que los EEUU iban a aflojar sus medidas ante una situación de verdadero caos como en Venezuela o Nicaragua.
Hemos comprobado cómo se han celebrado elecciones en esos pueblos sin ser reconocidas mundialmente. Cómo se ha reprimido a la oposición incluso encarcelando a muchos lideres contrarios a los regímenes imperantes en la zona. Cuando llegó Díaz-Canel a Cuba se abría una puerta a la esperanza que duró muy poco abierta. La represión a los medios de comunicación en la Perla del Caribe es algo suficientemente grave como para preocupar.
Como preocupa la actitud cercana a la hispanofobia que han adoptado algunos de estos gobernantes. Hay que decirlo sin rubor: impera en algunos países de la zona un grupo de dictaduras a las que es difícil ver el fin. Por mucho que se quieran maquillar por parte de algunos personajes, también españoles, lo que impera son dictaduras puras y duras, sin engañarnos. 
Todas esas naciones, jóvenes muchas de ellas, están llamadas a grandes dosis de convivencia, tolerancia y respeto para los que piensan distinto sin imponer una línea concreta. Que el comunismo llegue a la zona sería normal  siempre que acepte lo más elemental de la democracia, que es el pluralismo sano del que hablábamos al comienzo. Porque a cualquier sociedad lo que le hace hermosa es el multicolor de sus ideologías sin imponer ninguna y aceptando a todas, sean de derechas o izquierdas. Son las urnas libres y participativas las que deben marcar el futuro y la convivencia. Nunca la fuerza ni las armas.
El impedir manifestaciones como las programadas en estos países van contra las mismas esencias democráticas. Y hemos visto cómo se han reprimido por la fuerza concentraciones tanto en Nicaragua como en Cuba o Venezuela. Por otra parte, todas estas dictaduras en países naturalmente ricos en todo, lo que están generando es pobreza. Es incomprensible que en naciones que tienen y pueden producir de todo vivan los ciudadanos sin los recursos más esenciales para vivir y día a día.  

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