Opinión

SOS Autónomos

En España hay algo más de tres millones de trabajadores autónomos. Somos prácticamente uno de cada cinco trabajadores de este país. Y según los datos de abril, casi la mitad de los autónomos han visto reducida su actividad en al menos un 75 por ciento como consecuencia de las medidas que se han adoptado para frenar la pandemia y por eso tuvieron que acogerse a la prestación por cese de actividad.

El efecto de la situación actual sobre los autónomos es demoledor. Más del 70 por ciento trabajan en el sector servicios. Ahí están las empresas familiares del comercio, la hostelería… Actividades que están en estos momentos bajo mínimos, sin ingresos en la mayoría de los casos. Siguen haciendo frente a los gastos de alquiler, porque se resisten a dar por perdidos los negocios a los que han dedicado su vida y de los que dependen. Siguen pagando los compromisos financieros que adquirieron cuando sus previsiones eran otras. Siguen teniendo que llenar las despensas, pagar los gastos escolares de sus hijos… Sin poder ingresar porque sus negocios no pueden abrir, porque sus clientes tienen limitados sus movimientos, porque todos estamos asustados…

El día 20 de octubre tuvieron que pagar, como todos los trimestres, los impuestos correspondientes (IVA, IRPF) y el 31 les retiraron de sus cuentas la cuota de autónomos.

Como comprenderán, esta situación es insostenible y supone la ruina de millones de familias.

Nuestro Gobierno cree que todo se puede solucionar con un dinero del que no dispone. Y para ello no tienen reparos en endeudar a varias generaciones de españoles. El Gobierno no piensa en mañana, cuando todos los países que hayan hecho bien las cosas ahora puedan empezar a recuperarse y España no pueda porque estará ahogada en deudas. Nuestra credibilidad en Europa está por los suelos, y no creo que ningún gobierno socialista pueda volver a Bruselas con la mano abierta para pedir más ayudas. Porque los fondos que ahora recibimos a regañadientes y con muchos reparos son para hacer las cosas bien y emprender una recuperación real de la economía. No para ahondar la sima de nuestra deuda con experimentos envueltos en palabras.

Por eso es necesario tomar medidas eficaces allí donde más se necesitan. Y los autónomos se encuentran en estos momentos entre esas prioridades. Leo en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, las “líneas directrices para una España verde, digital, sin brechas de género y cohesionada”. Muy bien pero, ¿qué hay de la España real, la que en estos momentos tiene muchísimos problemas? Al Gobierno le encantan las palabras, pero las personas que en estos momentos atraviesan problemas no comen palabras, no pagan con palabras sus alquileres o créditos.

Hace unos días, el Partido Popular presentaba un plan de apoyo a los autónomos sin adornos de corrección política, pero eficaz. El plan propone, por ejemplo, que los autónomos que no puedan trabajar sean eximidos de pagar las cotizaciones sociales ni impuestos mientras no vuelvan a tener ingresos. Cuantifica la medida (en 1.802 millones de euros) y dice de dónde se podría sacar el dinero. Bastaría con que el gasto corriente previsto en los Presupuestos de 2021 (9.921,9 millones) se iguale al que hubo en 2018 (8.164,56 millones).

Otro de los aspectos de la propuesta del PP que acercaría la tributación de los autónomos a la realidad que estamos viviendo se refiere al establecimiento de una excepción temporal para que puedan pagar por el sistema de estimación directa (en función de lo que ingreses) y no por el sistema de módulos (por el que tienen que pagar aunque no facturen nada).

Eso, creo yo, es bajarse al terreno de la realidad y dejar de vivir en una nube de deseos ideológicamente condicionados, que el actual Gobierno debería, por lo menos, y como señal de respeto para quienes lo están pasando muy mal,  dejar para momentos mejores.

(*) Senador del PP.

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