Opinión

Viejos/as

Según el censo de la Ciudade Fermosa, alrededor del 20% de la población es mayor que 65 años y un gran número pasa de los 70 incluso los 80. En el año 2007 el gran actor Javier Bardem ganó su único Oscar en la película ‘No es país para viejos’ aunque el tema no tiene nada que ver con geriátricos/as. Hace tiempo que estoy jubilado y aunque he dedicado gran parte en escribir, incluso opiniones semanales como este, hay otros sectores que no me dejan tranquilo y que debo afrontar para poder seguir viviendo dentro de la ley. Estoy seguro de que no soy el único y a veces me pregunto, cuando paseo por la ciudad y veo a personas mayores, muchos en silla de ruedas o ayudados por una persona más joven si sufren igual que yo en lo que llamo la rutinaria burocrática de la vida moderna en la que vivimos. 

Comienzo con lo más importante. ¡Hacienda! Presentar la declaración de la renta es la base de la economía de cualquier país civilizado, y como somos iguales ante la ley hay que cumplir. ¡Ah! Pero soy uno de los paganinis ya que pertenezco, por tener unos buenos planes de pensiones invertidos durante toda mi vida profesional, a lo que llaman la ‘clase media’ aunque no soy un adinerado. Una vez al año, desde hace 20, reúno una plétora de datos para presentar el cálculo final y a pagar. Pasemos a los pagos complementarios y más urbanos. Aunque están domiciliados tomo nota de los municipales como el IBI, el lixo y el coche que abre otra puerta correspondiente. La ITV. Pedir hora y desplazarme a Peinador. Renovar el carné de conducir que en mi caso es anual. Una visita al psicotécnico. Estar pendiente si, por mi edad, hay un problema y me pongan pegas. Solución. Por si acaso ya tengo el gran invento del Passvigo. Pero como he mencionado, soy de la clase media, aun siendo pensionista. ¿Resultado? ¡Pago la tarifa máxima! Luego esta el tema de la salud. Por culpa de la pandemia y, aunque la sanidad está cumpliendo magníficamente con su labor, en algunos casos, no es fácil poder contactar con un médico/a para pedir hora, especialmente para renovar las recetas que tenemos la mayoría de los viejos/as. En primer lugar, el/la doctor/a tiende a renovarlo por un periodo de 3 meses. Por eso hay que llevar una especia de contabilidad de cada medicina y cumplir con la fecha de renovación. Lleva tiempo. Se puede por teléfono luego de pulsar uno, dos y tres o en el último caso, acercarse al centro de salud. Otro sector que estoy seguro sufrimos los mayores/as es mantenernos al día con la puñetera informática. Cada día nos acercamos mas y mas a los robots de ‘on line’ - mucho inglés - en todo. ¿Cuántas veces abres el ordenador/movil y recibes un mensaje de nuevas aplicaciones o renovaciones?  Una vez superado estos baches de burocracia para seguir vivos por fin encuentro el tiempo para lo que llamo el ‘ocio para mayores/as’. Una caminata de hora en esta gran urbe. Al principio hacía el recorrido comenzando en García Barbón, Policarpo Sanz, Puerta del Sol, Paseo de Alfonso y toda la calle de Pi y Margal. Un café, churros y retorno a casa. Poco a poco fui disminuyendo el mismo. Llegaron las obras y tuve que cambiar totalmente mi recorrido. Lo de Vigo Vertical, y el carril bici está muy bien, pero depende de donde vive cada ciudadano. Supongo que el fin llegará algún día, aunque que ya van 13 años de obras. Toda una generación.

Te puede interesar