Opinión

Recuerdos

Cuando uno/a llega a la edad de geriátrico, sea cual sea la condición física o económica y la vida de actividad laboral ha acabado, uno/a tiende a comenzar una fase que suele ser una combinación de nostalgia y melancolía. Sin ser morbo, muchos amigos de toda la vida y probablemente otros seres queridos como familiares ya han fallecido dejando un vacío psicológico que nos deja en un estado de sobrevivencia, despertando cada día pensando en cuanto tiempo nos queda de vida. Pero no todo es negativo. Siempre quedan los recuerdos, especialmente de la infancia, de tiempos buenos o malos. No importa. Es humano. Vivo con mi mujer y estamos rodeados de fotos, libros, discos, videos y miles de otros cachivaches acumulados durante nuestra larga vida. Hemos tenido hijos y luego nietos. Todos prósperos y sanos. Residido en muchos países durante tiempos buenos y no tan buenos en varias partes del mundo. Ambos trabajando, conociendo miles de personajes de distintas razas, ideologías, religiones y he llegado a la conclusión de que toda la humanidad quiere vivir en paz y dentro de su ámbito más cercano. Desgraciadamente el ser humano sigue siendo un animal - como he mencionado en otros artículos - igual que cualquier otro de la fauna universal. Somos mortales. Pero todo cambio a finales del 2019. Primero se presentó en nuestro mundo moderno un nuevo virus más catastrófico que cualquier otro seguido por una nueva guerra, posiblemente mundial más brutal - no en victimas - pero en términos de matanza considerado como salvajismo animal. Matar seres humanos que no han hecho nada simplemente por verlos morir es retroceder siglos. Introducir todo método de aniquilación humana conocido y prohibido en cientos de miles de convenios internacionales están siendo usados por un gobierno de un país supuestamente civilizado. ¿Cómo hemos llegado a esta situación? Retrocedo a la época a comienzo de la democracia cuando aún vivían mis suegros. Se habían casado durante la II Republica justo antes de la Guerra Civil. Tuvieron dos hijos, mi mujer y mi cuñado (QEPD). Luego llego la dictadura seguido por la II Guerra Mundial y no fue hasta los años 60 que ya reinaba cierta paz y tranquilidad en Europa. Pero siguieron otras. Algunas muy conocidas como Corea, Vietnam, Laos, Camboya la eterna lucha en el Oriente Medio - desde Irak a Afganistán, sin olvidarnos de los israelíes y palestinos. Seguimos con un sinfín de conflictos en otras partes del mundo. tanto en África - Nigeria es un infierno - y Latino América. Esta última con horrores desde Centro hasta el Cono Sur - la ‘Guerra Sucia’ de los años 70 en Argentina, Chile y Uruguay.  Pero qué más da. La vida sigue en otros ambientes. Hoy leo en las noticias que vuelve el turismo a España. Hoteles bastante llenos. Ingleses, alemanes y franceses a go go. En deporte tenemos la Champions, el golf en Augusta, o sea, un pequeño respiro. Hemos disfrutado, aunque el tiempo nos hecho la puñeta de las maravillosas celebraciones de Semana Santa.  Pero llega el espectro de la inflación, el paro, la energía, los carburantes que está afectando a toda, repito, toda la población desde ricos - ¿Quiénes son? – a los más humilde. No se salva nadie. ¿Solución? ¡Que se yo! ¿Y qué pasa en Vigo? ¡Uf! Maravillas. Siguen las humanizaciones, la continuación de las pasarelas de la Gran Vía, el futuro Seafest, Marisquiño, las Cíes, hoteles preparados para más turistas, los cruceros y quien sabe. Creo que la ciudad se ha convertido en un verdadero ‘Parque de Diversiones.’ Pasado mañana despertaré y volveré a mis recuerdos de infancia.

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