Opinión

Parió la abuela

Según la leyenda, en la España del siglo XIII hubo un acuerdo con los musulmanes y gracias a las mediaciones de la reina, el conflicto con León terminó con la boda de su primogénita doña Berenguela con el rey Alfonso IX. El matrimonio duro hasta 1204. Doña Berenguela regreso junto son sus hijos a la corte de sus padres en Castilla. Ese mismo año, su madre dio luz a su último hijo, Enrique I a los 44 años. Creo que no hay mejor manera para describir la situación mundial actual que el gran refrán ‘éramos pocos y pario la abuela’. Me explico. Siglo XXI. Si nos situamos en 2019, no se conocía de la eminente amenaza global de la pandemia del Covid-19. Desde entonces el conjunto de la humanidad ha cambiado y ha transformado al mundo entero en un panorama que ni el más remoto filosofo o gurú futurista hubiera imaginado. Pero no nos quedemos en la situación de una enfermedad asesina. La salud del globo terráqueo ya estaba amenazada por situaciones que se remontan muchísimo más allá del siglo XXI. 
Desde que se inventó la maquina a vapor sustituyendo a la energía natural, léase viento, por el carbón, el destrozo del planeta ya estaba sentenciado. Gracias a este adelanto comenzó la gran era industrial del siglo XIX. Después del carbón llego el petróleo, seguido por el gas natural y la energía atómica. Puede que sea un resumen simplista de la Memoria Histórica, pero es la realidad. Sigamos. Llego el inventó de la electricidad sustituyendo las velas, el gas natural, luego el transporte de carruajes a caballo por el tren seguido por el automóvil. Los hermanos Wright inventaron un aparato que volaba. Nació el avión. No es necesario describir a este increíble método de transporte salvo que también depende enormemente del petróleo. Henry Ford introdujo el método de fabricación en serie de automóviles con el famoso Ford ‘T’. Ver la genial película de Charlot de 1936, ‘Tiempos modernos’ que demuestra claramente al ser humano convertido en autómata. Hoy ocurre lo mismo, aunque las fábricas mundiales están controladas por ‘robots’. Termino con Leo Baekeland, un químico belga que en 1907 inventó el plástico. Mientras ocurrían todos estos avances, nuestro planeta comenzó a tomar nota. Se asoman los espectros de un cambio climático por un lado y secreta polución de mares, polos y bosques con todo tipo de chatarra por el otro. Volvamos al comienzo de la humanidad. 
Desde Adán y Eva el ser humano fue identificado como el ‘ser’ más sabio de los animales. Por el lado activo gozaba de creatividad como hemos visto durante todos los siglos mientras por el lado pasivo jamás supo vivir en paz. ¿Consecuencia? Conflictos constantes. Guerras de todo tipo. Jamás hemos podido vivir sin tratar de aniquilar a otro grupo de humanos por las razones que sean. 
Sin embargo, lo más curioso es que la misma naturaleza nos equipara al resto del conjunto de la fauna. Somo mortales. Nacemos, nos educamos, reproducimos y morimos. El promedio del ciclo en el sector conocido como ‘civilizado’ es de 80 años. Los hábitos de la mayoría de los animales para sobrevivir son por un lado la lucha entre machos y hembras para la procreación de la especie. Por el otro es la caza de otros animales para la alimentación. Concluyo con lo obvio. El ser humano sigue siendo el único animal que tropieza con la misma piedra dos, tres y tropecientas veces. No cesa en tratar de aniquilarse. Putin no es mas que otro Atila, Napoleón o Hitler para dar ejemplos.

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