Opinión

Otra memoria histórica

Galicia es probablemente la autonomía española que más relación ha tenido con el Reino Unido durante la larga historia de estos países de la Unión Europa. Sin ir mas lejos que el siglo XVIII podemos recordar la famosa batalla de Rande en donde participaron en una batalla marítima las flotas más potentes de la época con la perdida de cientos de barcos y miles de vidas humanas. La Guerra de la Independencia contra las tropas napoleónicas un siglo más tarde tuvo su escenario bélico en todo el territorio gallego dejando como legajo la famosa batalla de Elviña en Coruña entre franceses e ingleses donde falleció en combate el General Sir John Moore. Sus restos descansan en un mausoleo en la plaza de San Carlos en el centro de la ciudad en donde se puede leer un recordatorio escrito por Rosalia de Castro. Pero hay que remontarse a la era de la revolución industrial en la segunda mitad del siglo XIX cuando comienza la verdadera unión entre ambos pueblos. Un ingeniero llamado John Trulock construye el primer ferrocarril en Galicia en 1873. Este personaje hubiera pasado desapercibido al no ser por su hija que se casó con un miembro de la familia Cela de Padrón y cual fruto del matrimonio fue el nacimiento del escritor gallego y Premio Nobel de la Literatura, Camilo José Cela. En 1875, dos años después del ferrocarril, el primer cable submarino unía la costa de Cornualles con Vigo en lo que sería el comienzo de un siglo de enlace de comunicaciones telegráficas entre ambos países y la creación del Cable Ingles con una colonia muy importante de técnicos y operadores ingleses. Aunque las actividades cesaron en 1970, la empresa mantuvo su flota de cableros del Atlántico Norte hasta 1982 gestionado por el consignatario Estanislao Duran. A mediados del siglo pasado durante el período entre las dos guerras mundiales, la flota británica usó como base de reposo el puerto de Villagarcía estableciendo unos vínculos fraternales que siguen hasta el día de hoy incluido un cementerio naval británico. Pasemos a los astilleros de Ferrol que durante el mismo período dio albergue a un gran número de ingenieros navales de Inglaterra que formaron su propia colonia con colegio británico incluido. Otro gran vinculo fue la flota de buques de pasajeros de la Mala Real Inglesa que durante décadas unían a Galicia con Latinoamérica y que transportaron a cientos de miles de emigrantes gallegos a Brasil, Uruguay y Argentina. Barcos memorables como el quinteto de los ‘Highlands’, el ‘Alcántara’ y el ‘Andes’ que fueron reemplazados posteriormente por el ‘Aragón’ y el ‘Amazon’ y que siguen vivos en la memoria de miles de gallegos hoy día miembros de la tercera edad. Toda esta actividad comercial dio lugar al establecimiento de un gran núcleo de oficinas consulares en Ferrol, Coruña, Villagarcía y Vigo con ilustres nombres como Guyat, Mann y Lyndsay sin olvidarnos de nuestro querido ex cónsul, Juan Manuel Cogolludo. Aunque toda esta actividad ha pasado a la historia, la relación sigue viva con la llegada cada año de cruceros británicos, los vuelos de bajo coste, los peregrinos a Santiago de Compostela y los ingleses/as casados/as con gallegos/as que se han integrado en la sociedad y han descubierto el paraíso de la verde Galicia. La Royal Navy nos visita de vez en cuando. Por último, no hay que olvidar el hermanamiento de los municipios de Ponteareas, Vilanova y Villagarcía con sus pueblos homólogos de la Isla de Wight, Stratford-upon-Avon (lugar de nacimiento de William Shakespeare) y Falmouth respectivamente. Como verán, las relaciones entre ambos son y siguen siendo muy profundas.’ 

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