Opinión

Afganistán y la ley Sharia

El 11 de septiembre de este año, dentro de menos de un mes, se cumplirá el duodécimo aniversario del atentado más atroz en USA de los aviones usado como misiles a las Torres Gemelas y el Pentágono desde el ataque japones a Pearl Harbour. Un atentado yihadista planificado profesionalmente por cientos de terroristas islámicos durante más de dos años. Ni la CIA, ni FBI ni el Pentágono se enteraron. Esto dio paso a la famosa ‘Guerra contra el terrorismo’ pronunciado por el entonces presidente George Bush supuestamente contra los seguidores del Bin Laden, jefe supremo de Al Qaeda que reconoció su culpabilidad del atentado. ¿Pero que hizo el resto del mundo? Aparte de USA, el Reino Unido y la España del PP presidido por José María Aznar: ¡Nada! 12 de octubre del 2002 estalla una bomba en una discoteca en Bali, Indonesia asesinando a cientos de jóvenes australianos nuevamente atribuido a la organización terrorista. ¿Reacción occidental? Poco. Pasan página hasta el 11 de marzo del 2004 cuando una serie de bombas hace que cuatro trenes de Madrid vuelen por el aire causando cientos de muertos y tantos más heridos. Una vez más y hasta la fecha, estamos esperando tanto la reacción mundial como encontrar los culpables del atentado. Poco a poco comienzan otra serie de incidentes de ataques individuales en Europa bajo el pretexto de ¡Alá es grande! Hasta que el 7 de julio del 2005 otra vez mueren víctimas inocentes en otro atentado en Londres. Esta vez fueron bombas caceras en tres trenes del metro y un autobús. Todo esto ocurrió en un espacio de 4 años y a partir de entonces hemos visto más y más pequeños y medianos atentados de islamistas radicales en todo el mundo. Mientras tanto los Talibanes en Afganistán calentaban motores durante años y años hasta que un día menos pensado entraron finalmente en Kabul, se hicieron control del país e impusieron la Ley Sharía. ¡Y aquí está la clave del porqué el mundo que no estaba bajo el yugo de esta ley se ha quedado perplejo en cómo reaccionar ante estas amenazas! Esta ley es el cuerpo de derecho islámico. Constituye un código detallado de su conducta, en el que se incluyen también sus normas relativas a los modos de culto, los criterios de su ‘moral’ y de su vida, las cosas que ellos tienen permitidas o prohibidas y las reglas separadoras que consideran el bien o el mal.

Sin embargo, su identificación con su religión es matizable: aunque está siempre en el islam. No es un dogma ni algo indiscutible sino un objeto de sus interpretaciones. Denota un modo de vida que es más que un sistema de justicia civil o criminal. A diferencia de las orientaciones morales de la Biblia para los cristianos, no solo constituye un código religioso de su orientación vital, sino que codifica específicamente su conducta y rige todos los aspectos de su vida. Ha sido formalmente instituido como ley por ciertos estados, que se definen como ‘Estado Islámico’. Muchos países del mundo islámico, aunque no se hayan definido de forma completa han adoptado ‘parcialmente’ en su legislación elementos de la Sharía. Comparen por ejemplo a Marruecos con Afganistán. Algunas de las prácticas clásicas de la ley implican graves violaciones de los derechos humanos. Algunos pueden considerarse crímenes de guerra o crímenes de lesa humanidad. Esto lo vemos en las guerras religiosas y el uso de civiles considerados botines de guerra en actos sexuales como esclavos y concubinas. La ley no acepta la homosexualidad ni la igualdad de la mujer. Por último, la población mundial de musulmanes es (2015) 1.800 millones.

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