Opinión

La tranquilidad

Activamos en nuestra cabeza la voz de un locutor de radio. Uno de esos que pierde la voz y la dignidad simultáneamente con cualquier gol que no sea de Aspas:
¿¿Qué locura es esta?? ¡Vaya semana que estamos teniendo, amigos!
Llega la primavera y ya no es solo que en Vigo haya más luz -natural- que en un ático de Don Amancio; es que esta época viene trufada de un puñao de sensaciones, que diría el Sen Senra. ¡Qué ilusión! ¿No?
Esta semana llegó la declaración de la renta 2020, la del año de nuestras vidas… Agárrense bien fuerte. 
También nos comentan que una vacuna con algo de astral y de Séneca resulta que no sienta muy bien, así que si te han puesto la primera dosis, pues a ver qué hacemos ahora. Quizás alguien prefiera inyectarse agua de cocción de centola da ría para darse por inmunizado. Sea lo que sea, no puedo dejar de aplaudir este gran homenaje científico a Manolo y Benito: dos chapuzas a domicilio. 
También he podido ver atascos en la AP-9, porque las buenas costumbres no deben perderse nunca. Me imagino que Audasa ya estará planeando poner un peaje a la entrada del IFEVI con el reclamo de la vacunación masiva. Incluso un pack: pague peaje y le vacunamos gratis. Que nadie nos engañe, esta sensación de revolución y descontrol primaveral es más falsa que un comunicado de O Marisquiño.
En Vigo y en Galicia se vive un momento de tranquilidad. En serio. Quizás no nos demos cuenta por tener la cabeza enterrada en egoísmos varios; en relacionarse con no convivientes, en planear unas vacaciones a 6 años vista, en intentar continuar con nuestras vidas. ¡Qué cosas! 
Me gustaría teletransportame sin controles perimetrales y respirar ese aroma exclusivo de la primavera viguesa. Para dar uno de esos paseos -que también computan como alpinismo- por el Castro. Para ir en bicicleta hasta Bouzas… Toca hacerse los fuertes.
Mientras tanto, por aquí todo bien, gracias. Las terrazas de Madrid tienen un menor porcentaje de franceses y ‘senas de picoteo’ pero por otro lado esta semana hemos tenido que ir a desinfectar Vallecas por algo que no era COVID al mismo tiempo que recibíamos la noticia del regreso de Ella Baila Sola. Montaña rusa de emociones también por acá.
Va a ser verdad eso de que en Madrid no te aburres, ni intentándolo con todas tus fuerzas. Puedes poner el móvil en modo avión o marcharte de grupos de WhatsApp. Como si quieres tomarte unos días de incienso y dieta budista. Da igual donde vayas, el jaleo primaveral que marca esa frágil barrera entre los 9º y los 60º te encontrará en un parque, dando un paseo anónimo por Callao o cuando te das cuenta de que vives en el edificio que inspiró Aquí No Hay Quien Viva. 
La tranquilidad de la primavera es lo que tiene. 

Te puede interesar