Opinión

El problema eres tú, Pedro

Durante un pasado debate para ver quién se hacía con el control del PSOE, Susana Díaz, dijo a su contrincante: “El problema eres tú, Pedro”. Ahora, las piadoras explicaciones que tratan de aislar la derrota del “Sanchismo” en Galicia no pueden ocultar la realidad. Vienen a decir que Galicia es una isla aislada del resto del conjunto de la, de momento, nación española. Por ello, aparte de las propias trifulcas territoriales de la organización del PSOE regional sobre las que se pasa, lo de aquí no se puede ni debe relacionar con el rechazo que provoca en la conciencia de muchos electores la persona y los actos de Pedro Sánchez, que pretenden que quede por encima de esta debacle. Es evidente que hay muchas personas que han expresado con su voto el rechazo al ocupante de la Moncloa, sus métodos, actos, cesiones y alianzas. Conviene que se decía que el resultado sería un test para Feijoo, ¿acaso no para Sánchez? Y en la rebusca de argumentos exculpatorios se dice que lo de la amnistía y el resto de sus cesiones al independentismo no ha tenido relevancia alguna en el voto de los gallegos y la derrota del PSOE. Porque el BNG también la apoya, aunque su aporte no suponga más que un voto del único diputado que tiene en el Congreso. Es curioso el modo en que los piadosos disculpadores construyen sus reflexiones en el sentido de lo que de Galicia no tiene otro significado más allá del Padornelo ni refuerza el liderazgo de Feijoo.
Mientras en sus visitas por aquí, Sánchez predicaba las bendiciones que caerían sobre Galicia con Besteiro al frente de la Xunta en concordancia con él mismo, el derrotado candidato del PSOE se limitaba a aceptar un papel de comparsa secundaria del Bloque, y a medida que avanzaba la campaña renunciaba de facto a aspirar a la presidencia de la Xunta y asumía el papel de actor de reparto, de acompañamiento de Ana Pontón en el estéril propósito de desplazar al PP del poder. ¿Y qué va a hacer ahora Besteiro? ¿Se quedará en Galicia con su reducido grupo en el Parlamento de Galicia, le buscarán otro acomodo mejor o retomará su escaño en el Congreso, al que no renunció como evidencia de que sabía de antemano que lo de ir a San Caetano como presidente era una quimera?
Una evidencia notable es que, la mayoría de los gallegos, con pleno compromiso con su identidad, se sienten cómodos dentro del modelo de una España diversa, pero unida y no en esa España asimétrica, llamada de otras tantas maneras, según el caso por el sanchismo y sus socios (federal, confederal, plurinacional, nada, etc.). En contraste con la nitidez de sus documentos definitorios, el Bloque (que acaba de estar presente en una manifestación de apoyo a los presos de ETA) ha presentado una imagen moderada que hace compatible con su homologación con ERC y su buena relación con Bildu (véase el mensaje de Otegui de cordial camaradería). Además, a quien el BNG ha derrotado es al propio PSOE, en tanto el PP ha mantenido su posición de manera incontrovertible, respaldada por más del 47% de los votos, es decir, con el apoyo de más de 688.000 gallegos. 
Hay dos hechos que deben ser destacados. no obstante: la grave controversia creada por Feijoo, con relación a los indultos y/o la amnistía a Puigdemont y los suyos, incongruencia sorprendente e innecesaria, adecuadamente manejada por Sánchez y los suyos. Y el asunto de los pellets que desde la Moncloa se vertió, como si el asunto no les implicara, sobre el Gobierno gallego. En perspectiva, casi resulta patético el esfuerzo de Sánchez y de Zapatero para ver de echar un capote al pobre Besteiro que apenas llego al 15 por ciento de los votos, la mitad que el BNG. Tiempo habrá para analizar la ubicación esencial de ese 32 por ciento de votos, cerca del medio millón de gallegos (458.000) que respaldaron a Ana Pontón) y su sorprendente victoria en la ciudad de las luces de Abel Caballero. El voto del Bloque ha sido destacadamente urbano y se insiste que la Ley Electoral y el reparto de escaños en la Galicia interior beneficia a la derecha. En este sentido, pese al crecimiento del voto en las ciudades del Bloque, y salvo Vigo, el PP prevalece en las otras seis urbes de Galicia, donde la derrotada del PSOE se hace más evidente. Lo que sí que sorprende es que el pintoresco alcalde de Ourense coloque un diputado con un mensaje populista y localista como nunca se viera. 

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