Opinión

Pedro Sánchez vuelve a dar pruebas de su cinismo en la entrevista con Évole

El cinismo es un término utilizado en la actualidad para describir a un individuo capaz de mentir o engañar sin remordimiento alguno, sin descaro o vergüenza. Del mismo modo, esta persona es asociada a un comportamiento de insensibilidad que perturba su entorno, aplica antivalores y se basa en la razón consciente para hacerlo. El doctor Pedro Sánchez acaba de darnos una nueva lección, al responder con todo descaro a la amable entrevista en la Sexta de Jordi Évole, con el añadido, que en contra de lo que debería ser la práctica normal del periodismo, el entrevistador no repreguntó como debería haber hecho en el momento cumbre del encuentro, cuando el presidente justificó sus actos más polémicos, eludiendo sus “principios”, luego de que le pasaran varias secuencias conocidas de sus afirmaciones los imposibles pactos con Bildu o que a la hora de elegir el camino a la Moncloa si tuviera que elegir entre ir de la mano de los independentistas de Cataluña o sus principios, elegiría sus principios. Ya se vio dónde quedaron.

Durante la entrevista se limitó a justificarse afirmando que “mentir significa decir algo a sabiendas de que no es verdad con propósito de engañar. Rectificar o cambiar de posición es distinto, y lo he hecho por una causa mayor". Sin duda, pagar los apoyos de los mismos con los que dijo que nunca pactaría. Todo se redujo a "rectificaciones o cambios de posición" respecto a varias de sus actuaciones como el indulto a líderes del procés en Cataluña. No importa que antes calificara sus actos como un delito de rebelión, considerara acertada la sentencia, se manifestó contrario a los indultos, para acabar concediéndolos y reformando el Código Penal con su forzada mayoría para eliminar el delito cometido (que él antes estimaba en grado superior) y añadirle la rebaja del de malversación. Y todo esto lo hizo porque “Rectificar o cambiar de posición es distinto, y lo he hecho por una causa mayor", como, añadió, la convivencia en Cataluña, donde estamos mejor. ¿Era esa causa el interés de España o el suyo?

En el colmo del cinismo llegó a decir que no gobierna con Bildu, pero que sí ha llegado a pactar leyes con esa formación política como cualquier otra porque lo fundamental, dijo, "no es con quién sino para qué". ¡Ah!, ¿por qué enfatizaba que “no es no y nunca es nunca” y que ese pacto era una línea roja intraspasable? Hay que pararse necesariamente en sus palabras para entender el talante amoral der quien las pronuncia, pero la cima de sus despropósitos se alcanzó cuando rebatió que Mohamed VI sea un sátrapa y defendió el cambio de postura del programa electoral con el que en 2019 se presentó a los españoles y que ha sido la postura tradicional de su partido, con respaldo de las Naciones Unidas, de la autodeterminación del pueblo del Sahara, sin la tutela de Marruecos. Ningún órgano de su partido, con responsabilidad en la elaboración de aquel programa ha expresado tan radical cambio de posición. Y, aunque citó las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU, no son lo mismo que pretende Marruecos y él respalda.

El hombre que dijera que, “como la mayoría de los españoles” no dormiría teniendo en su Gobierno a Podemos, reconoció que, por lo visto, el único error que había cometido era meramente de carácter técnico –curiosa conclusión de los efectos de las leyes—era la ley del “Sí es sí” “que provocó una serie de efectos indeseados y es ver rebajas de penas en agresores sexuales. Para mí este es el mayor error". En su cuenta, no hubo otros.

De lo que se mostró contento fue de la multiplataforma de “Sumar”, con la que ya cuenta, cuya dirigente, Yolanda Diaz, “ha logrado unir todo ese espacio y con un partido que articule todos esos movimientos de izquierdas que hay a la izquierda del Partido Socialista". Y en cuanto a la oposición no tiene otra práctica que “manipular, mentir y mentir, pues en este caso maldades en contra de tu adversario político, en contra mío, para no hablar de lo que tú propones, ni tampoco para rebatir las cosas que hace este Gobierno". Pero está seguro de volverá a ganar y a formar Gobierno con Sumar.Sin inmutarse vino a decir que se sentía víctima de un acoso de la derecha y sus medios afines que habían creado la burbuja del “sanchismo”que quizá él no supo pinchar a tiempo, pese a que la derecha la inoculara de veneno.

La traca final fue su defensa de los programas de Tele5 y de José Javier Vázquez, a quien tanto admira como un gran comunicador “progresista”.

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